Salva a la villana

Capítulo 26: ¡Los dos hechiceros!

Capítulo 26: ¡Los dos hechiceros!

Ya habían pasado unos minutos desde la repentina propuesta de matrimonio del príncipe Julián a Layla y ahora se encuentra en una pequeña habitación muy lejos de los cuartos donde duermen los estudiantes. Parece que este lugar es hecho especialmente para los sirvientes como él, pero únicamente observa a dos niños pequeños con una apariencia muy aburrida llena de miedo y ansiedad. Parece ser de que son de una familia noble y la señorita se encuentran en la ceremonia de entrada.

Kijiro se acercó con pasos firmes hasta donde están los dos niños y ahora compañeros de cuarto. Decidido, habló: —Hola, mi nombre es Kijiro y sonrió el mayordomo de la familia Nestro. —Se presentó con amabilidad a los dos niños que se miran muy tímidos.

El chico más alto y con cabello largo negro habló: —Mi nombre es Alu y soy un sirviente de la familia Komodo; tengo diez años —se presentó con una voz helada.

Kijiro observó al otro chico más bajo con una aura de timidez y cabello corto hasta los hombros, color morado, ojos verdes y unas pecas en el rostro. En comparación con otro niño más alto que tiene el cabello negro y ojos azules, este niño parece un poco demasiado femenino.

Alu se sintió avergonzado por el repentino silencio y le dio un ligero golpe en el costado al otro chico que rápidamente reaccionó y habló. —M-m-mi nombre es Gris y tengo nueve años, s-se-ñor —dijo con timidez extraña y tartamudeando.

Kijiro se sintió avergonzado por esta extraña presentación y habló: —Claro, Gris, ese es un hermoso nombre y es perfecto para un chico guapo como tú. —Dijo con una sonrisa que él creía es la mejor de todas para tratar de eliminar la extraña atmósfera llena de vergüenza.

Gris, al escuchar este cumplido, se llenó de un extraño sentimiento lleno de felicidad y calidez; desde que tiene memoria había recibido insultos y malos tratos de sus amos, pero ahora un chico guapo y fuerte le dijo que es guapo Se sintió avergonzado y volteó la mirada para ver a Kijiro qué le dio ese sentimiento extraño.

Kijiro vio la mirada sonrojada del niño y por alguna razón sintió un poco de escalofríos y malas premoniciones, pero las eliminó rápidamente al pensar que solamente es un niño normal y tímido.

Alu, al escuchar el extraño elogio del tipo alto y fuerte, lo miró con horror al creer que es un tipo volteado a quien le gustan los hombres y habló: —No dormiré con ustedes, me iré al final de todo, ¡chicos raros! —dijo con voz alta y llena de seriedad

Kijiro se quedó perplejo al escuchar las extrañas palabras del niño y trató de acercarse para calmarlo, pero fue bruscamente empujado a un lado y Alu habló: —¡Ni se te ocurra acercarte! ¡Si por alguna razón siento dolor en mi corazón te mataré! —dijo con ira y miedo, y se fue a otra habitación cubriéndose el trasero con ambas manos.

Kijiro se quedó con la boca abierta por esta extraña situación y malentendidos. Entonces volteó para ver al otro niño y se sorprendió al ver la mirada indecisa del niño y poco después una mirada resultó, entonces habló: —Señor Kijiro, si usted quiere puede utilizarme, no me importa si es usted —dijo con voz seria, los ojos llenos de intensidad, mirando los ojos abiertos del sorprendido Kijiro.

Kijiro, que entendió todo, se maldijo mentalmente por no acordarse de que ahora está en un mundo medieval con magia y monstruos, un mundo de fantasía donde los niños de seis años actúan como señores y tienen un desarrollo precoz

Kijiro observó la cara sonrojada echando humo del niño pequeño y miró con horror cómo se acercaba con pasos lentos, pero firmes y tomaba su mano con sudor; entonces pasó lo peor y el niño se desmayó.

Rápidamente, lo tomó en brazos y lo acostó en la cama, pero en este preciso momento, la puerta se abrió de golpe y un Alu entró mirando con los ojos abiertos al desmayado y sudado Gris y aún Kijiro encima del niño.

Alu cerró la puerta de golpe y se escucharon unos pasos veloces que desaparecían a lo lejos. Kijiro sintió que los niños son muy precoces y feroces, pero quién es él para juzgar, después de todo, es un reencarnado de diecinueve años.

Saliendo de sus pensamientos al escuchar la débil voz del niño que habló: —Te gusto esto, no hay problema para hacerlo más adelante; creía que dolería. —dijo con voz suave y llena de aprecio.

Kijiro dejó al mocoso acostado y se marchó con pasos firmes afuera de este maldito circo. En su corazón se juro a no volver a dar cumplidos a los hombres y solamente los dará a su hermosa Layla, también a Sofía.

Gris observó la espalda de Kijiro hasta que desapareció y después habló al aire. —Alu, parece que no sea fácil obtener información de este tipo, sabes, parece que no le gustan los hombres —dijo con voz seria y solemne.

Poco después una voz helada se escuchó: —Sí, parece que la información que reunimos es falsa y no le interesan los chicos a ese mayordomo, pero no te rindas y recuerda que tenemos que hacer lo imposible para obtener toda la información de la señorita Nessro, un genio en mil años. Es la tarea del amo —dijo con voz firme y recordando la cara del amo que hace unos años adoptó una niña hermosa llena de encanto que encontró en una carretera. La niña se llama Aurora.

Gris asintió en confirmación y habló: —Sí, no le gustan los hombres, puedo vestirme como una chica, no subestimes a los hechiceros —dijo y repentinamente cambió a una muy femenina parecida a una niña hermosa de jade, pero algo extraño fue que aún tenía la misma ropa.

Alu habló: —Esa habilidad es muy buena y nunca falla, pero él no es un tipo normal sin poderes mágicos; si llega hasta la cama y quiere hacerlo, entonces estarás en problemas si no puedes noquearlo con un golpe y serás manchado por un hombre, jajajja. —dijo con voz apagada y llena de malicia.

Gris no dijo nada y se quedó pensando seriamente. Poco después habló: —Qué así sea, no me importaría dejar que sea él, después de todo es un buen chico y pronto cumpliré noventa años —dijo con voz plana y llena de tristeza.




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