Capítulo 29: ¿Qué quieres de recompensa?
Kijiro no sabía cuanto tiempo había pasado, pero lo que en realidad sabe.
Son dos cosas muy malas o buenas, dependiendo de en qué manos está.
La primera cosa que vio fue que al despertar observó una habitación pequeña con muchos retratos de criaturas parecidos a los elfos y también de ancianos humanos vestidos lujosamente.
La segunda cosa fue un poco más sorprendente, claro, si ver a un anciano con armadura completa de diamante y una espada en la espalda descansando en la vaina es algo normal. Entonces, Kijiro se volvió paranoico de estar en este cuarto con un anciano guerrero que está preparado para la guerra.
El anciano vio que el niño se había despertado hace unos momentos y continuó tomando licor, entonces habló: —Joven, mi nombre es Lósif Davrakolith y soy el director de esta prestigiosa academia imperial; ahora, como sabes, me llaman la atención las habilidades que mostraste al combatir contra esos dos hechiceros negros que se infiltraron. Realmente estoy muy agradecido que hayas encontrado a los dos y también me gustaría compensarte. Dime… ¿Qué quieres de recompensa? —dijo con voz llena de gracia y nobleza.
Kijiro se sobresaltó al escuchar la presentación y también está pensando en la recompensa. No es un niño santo que no va a pedir nada y rápidamente habló: —Mi nombre es Kijiro, soy el mayordomo personal de la señorita Nessro y quiero inscribirme en la academia con todos los gastos pagados hasta que concluya mis estudios… señor director. —dijo con voz seria y los ojos brillando de emoción.
*Kijiro sabe que pedir esto se ahorra muchos gastos en oro y también puede lograr avanzar en controlar aún más su don mágico, que por lo que sabe de la novela solamente al cuarto año se comienza a entrenar las habilidades y las habilidades de espada.*
Lósif Davrakolith se sintió avergonzado al escuchar lo que este niño quería como compensación y realmente se imaginó que no pediría nada, pero resultó ser un niño vicioso de vientre negro.
Tosiendo un poco —ahora llamo la atención del niño y hablo con gracia—. Muy bien, joven Kijiro, desde hoy serás un nuevo alumno en la academia imperial de la luz y un maestro te enviará a tu salón. También tu habitación personal que está en el área de los hombres donde puedes quedarte con ella hasta que te gradúes como un exitoso cazador de monstruos o demonios, como quieras llamarle —dijo con voz emocionada tratando de conmover al niño.
Kijiro se sintió conmovido por este amable gesto de aceptar su recompensa y sonrió con dulzura falsa al director Lósif Davrakolith que lo veía con esa aura llena de fuerza y gracia.
Se sintió algo asustado al recordar lo último que vio cuando se desmayó; los vio montados en caballos de guerra avanzando a toda velocidad con caras feroces y sintió que estaba por ser aplastado.
Lósif Davrakolith habló: —Te agradezco por salvarle la vida a los ocho maestros; gracias a tu don mágico ellos están con vida y no murieron por ese maléfico hechizo negro. Quiero saber acerca de tu dinámico mágico; dime todo lo que puedas revelar. —Dijo con un aura fuerte que no dejaba a negarse.
Kijiro tragó saliva y asintió tontamente para después tranquilizarse y hablar. —Lo desperté a los seis años de edad, vivía en un orfanato y un veneno gigante me atacó, pero lo asesiné con mi don mágico y solamente sale cuando estoy concentrado o quiero hacer algo específico y se me hace algo cansado controlarlo, porque no sé cómo hacerlo o qué clase de don mágico es. —Dijo con calma y vio la reacción repentina de sobresalto del director, pero se calmó rápidamente y habló: —Ya veo, entonces veamos qué clase de don mágico tienes. Muéstrame —ordenó con voz de mando.
Kijiro escuchó la orden del director y no se encontraba en situaciones para negarse, así que rápidamente reaccionó y mostró el don mágico. Una niebla densa color negro comenzó a mezclarse con el aire y rápidamente se convirtió en la forma de un gigantesco veneno que irradia un aura muy malvada llena de muerte y caos.
Kijiro sintió que este veneno de niebla es aún más extraño y más denso, con ese extraño sentimiento de opresión llenando todo el aire, pero tal vez pensó que fueron las tantas muertes que había llevado con la habilidad y las almas fueron convertidas en poder para evolucionar al veneno de niebla. Como no es un experto en la materia de dones mágicos, decidió no creer mucho en estas cosas y espero pacientemente la respuesta del director.
Lósif Davrakolith, pocas veces a lo largo de su carrera como un cazador de monstruos, había encontrado un veneno tan malvado como este y con esa aura llena de fuerza caótica, esperando a destruir todo, pero logró calmarse rápidamente y volteó para ver la cara paciente del niño; parece que espera la respuesta que dará.
Lósif Davrakolith habló: —Esa habilidad mágica o don, en realidad, tiene que ver con la magia negra y es una muy antigua como oscura. Esa magia negra hace que las almas de las víctimas se conviertan en alimento de tu poder mágico y puedes hacerte muy fuerte… Pero, lamentablemente, si continúas alimentándote de las almas, vas a convertirte en un demonio o talvez mueras. —advirtió con una voz solemne, llena de seriedad asombrosa que se puede sentir en el aire.
Kijiro se quedó sorprendido de que esta habilidad en realidad tenga dos filos y pueda hacerle un daño enorme. Rápidamente pensó en las veces que superficialmente se transformó en un demonio menor con las garras y colmillos, pero ahora tiene unos iris rojos que cree es producto de este don mágico.
La habitación se quedó en un silencio sepulcral y nadie hablaba; solamente se quedaron observándose detenidamente con cierto temor en los ojos de Kijiro.
El silencio tenso fue destruido por el repentino toque en la puerta-tóc, toc-y una voz femenina amable exclamó: —Señor director, soy Laura y vengo a llevar al joven Kijiro a su cuarto; también le mostraré los salones de clases y otras cosas más —dijo con felicidad en la voz.
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Editado: 04.09.2024