Salva a la villana

Capítulo 34: ¡Te desafío!

Capítulo 34: ¡Te desafío!

Sofía le platico todas las cosas que vivió en la academia desde que llego hasta ahora y decir que Kijiro tiene una tormenta eléctrica en la cabeza, bueno es un eufemismo. En realidad está enojado al extremo y con ganas de cometer locuras a esos asquerosos nobles arrogantes.

Kijiro observo qué ambos llegaron al campo de entrenamiento uno de las muchas áreas qué se utilizan y se quedó mirando a una Sofía sonriente qué tomo posición de combate y la espada desvainada, mirándolo con desafío en los ojos.

Kijiro sintió un ligero cansancio al ver esta acción de la niña y se veía algo heroica, pero debía entrenar con ella. Sin decir una palabra, ambos niños entraron al rin y se quedaron con las espadas brillando por el sol y entonces…

¡Slash! ¡Slash! Sonidos de espadas chocando entre sí se escuchan fuertemente como música para los oídos, y para un espectador que vea esta escena, le gustará bastante.

Sofía se sorprendió bastante por la fuerza y velocidad de Kijiro. Al notar que la seguía igualando en la velocidad, decidió aumentar un poco más la fuerza para ver hasta donde se encuentra el límite del niño más joven y tratar de darse una idea.

Kijiro sabe que no puede continuar con este ritmo por mucho tiempo, y eso se debía a la habilidad que tiene. Cuando comparó la habilidad con la de un demonio, se asustó mucho al ver el parecido y también la apariencia extraña que tiene. No es normal o al menos sospechaba que era un experimento de algunos magos pervertidos. Eso esperaba sinceramente y nunca se le entró en la cabeza de que él puede ser una mezcla de demonio y humano.

Sofía bailaba con gracia a los alrededores de Kijiro, y nuevamente los sonidos de espadas chocando sonaban con un pequeño ¡Tin! No pasaron más de cuatro minutos intensos y Kijiro decidió relajarse en la intensidad, porque de no ser así puede transformarse superficialmente muy salvaje y ahora el don mágico se filtraba para reforzar sus músculos y otras cosas.

Sofía vio de inmediato que el niño bajaba la velocidad y supuso que se encontraba cansado. Sin atreverse a continuar, decidió detenerse y habló. "Kij-jiro, eso en realidad fue asombroso", decía con admiración y entrecortado para recuperar el aliento que había perdido después de la intensa batalla que tenía con el reencarnado.

Kijiro escuchó las palabras de Sofía y se sintió conmovido por esto; también vio el estado de la niña y sintió que este entrenamiento ligero no era mucho. Tal vez tenga qué ver con la habilidad mágica que tiene y eso explicaría el motivo por el cual no se cansa mucho o simplemente tiene esta apariencia.

Sofía tomó una gran bocanada de aire fresco y se sentó en el suelo para después acostarse en el césped, mirando la cara distraída de su novio.

Kijiro sintió una mirada y bajó la cabeza para encontrarse de frente con la mirada calmada de Sofía. Sintió algo de vergüenza al ver la carita blanca sonrojada y cansada; parecía una chica débil que fue intimidada. No tenía nada de débil. Eso es seguro.

Sofía vio la intensa mirada de Kijiro y sintió vergüenza al ser observada de esa manera por un niño y rápidamente trató de levantarse, pero los pies tocaron la vaina de la espada y cayó para adelante al suelo. Cerrando los ojos con resignación y esperando el golpe que nunca llegó, lo que sintió no fue el duro suelo y, en cambio, unos brazos pequeños la sostuvieron en el aire y la cargaron al estilo nupcial.

Kijiro, al ver la repentina caída de Sofía, sintió que esto es muy extraño. Sofía, una niña muy fuerte y hábil, cayó porque se enredó los pies. Si esto parecía más a una escena cliché de novela y sin perder tiempo decidió completar la escena cargando a la niña en los brazos al estilo nupcial.

Después de cargar a la niña y ver la cara sonrojada como conmovida de la niña más alta, devolvió la mirada y sintió un pequeño logro al ver la mirada tímida en el rostro de su amante.

Sin tener demasiados pensamientos, acercó un poco más a la niña y la besó en los labios levemente sin fuerza.

Sofía sintió los pequeños labios tocando los suyos y se sonrojó como una manzana roja. Aún cuando se habían besado varias veces atrás, todavía tenía una pequeña sensación de vergüenza al hacerlo en lugares públicos y aún más cuando hay personas viéndolos. No obstante, regresó la muestra de afecto; cerrando los ojos devolvió el beso.

Kijiro se quedó muy feliz al sentir los labios tiernos de Sofía besándolo y continuó tomando la iniciativa en robarle el aliento a la niña, pero escuchó muchos pasos firmes que llegaron hasta donde se encontraba. Separándose de los labios de la sonrojada niña con humo saliendo de las orejas, por ser observada por varios compañeros de salón del mismo grado y además un maestro.

Kijiro vio la situación tensa y habló. —¿Ocurre algo? —preguntó con su voz monótona, aún sosteniendo a la niña en brazos que escondió la cabeza en el pecho del niño.

Uno de los nobles compañeros de salón de Sofía habló: —¡Claro que sí!, usted un noble genio besándose con esa basura de un plebeyo… ¡Eso es una blasfemia! —gritó enojado y pensando erróneamente que Kijiro era un noble al suponer que un niño de nueve años despertó el don.

Kijiro sintió odio evidente al escuchar como llaman a Sofía y lentamente la bajó en el suelo. Entonces se acercó lentamente al niño arrogante y sin previo aviso desvainó la espada y con la punta señaló el cuello blanco del niño noble que se congeló en su lugar al sentir ese frío metal tocándole el cuello y habló: —¡Qué haces! ¿Estás loco? —decía con miedo evidente.

Kijiro habló. —Quiero desafiarte, acepta mi desafío, niño. —dijo con voz calmada y monótona.

Todos los que escuchan y hasta el maestro se quedaron congelados con los ojos abiertos al ver como este niño desafía al alumno más fuerte de la clase.




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