Era un día como cualquier otro en un pueblo ubicado en el extremo norte del continente Chikara(América), los hombres salían a trabajar, las mujeres a los mercados y los niños formaban un alboroto propio de su edad creando un ambiente cálido y agradable en las calles del lugar.
Pero la casa de Kaishi era muy diferente a las demás, su padre era un borracho que no trabajaba, antes era un soldado del ejercito real pero se retiro al casi morir en una batalla y desde entonces se entrego al alcohol, su madre era la única que trabajaba en la casa para traer comida y no conforme con eso también debía atender todas las labores domesticas.
De no ser por su edad de solo 17 años, Kaishi ya hubiera conseguido trabajo y así ayudar a su madre pero nadie lo contrataba y eso lo enfurecía ya que también tenia dos hermanos mayores , ambos jóvenes y en edad de trabajar pero en lugar de hacerlo, decidieron imitar a su padre y ahogarse en la bebida mientras explotaban a su madre como una sirvienta.
Aun así, Kaishi lograba conseguir trabajos ocasionales y usaba su dinero para ayudar tanto como pudiera, ya que si bien odiaba a su padre y a sus hermanos, a su madre la amaba con todo el corazón, siempre se sintió unido solo a ella e incluso su aspecto, ojos azules y cabello plateado, era igual a su madre pero totalmente diferente al resto de su familia.
Era de contextura atlética y fuerte pero delgado en comparación de sus robustos hermanos los cuales siempre se burlaban de el con muchos apodos humillantes, estas cosas hacían de su vida en el pueblo un tormento constante y en muchas ocasiones planifico varios escapes pero antes de marcharse tomaba la decisión de cancelar todo y quedarse, por amor a su madre.
Un día Kaishi volvía de uno de sus trabajos y decidió sentarse en una piedra junto al camino principal para descansar, se tomo un tiempo para pensar como era posible que su madre se casara con una bestia como su padre, tal vez antes fuera un hombre diferente y esa fue la razón de que ella se enamorara, pero si fuera así, su cambio fue tan malo que entonces él pensaba el por qué su madre no lo dejaba.
Kaishi pensó en varias respuestas posibles y se fuera quedado un rato mas de no ser por un viento fuerte que levanto una nube de polvo que le entro en los ojos, Kaishi se limpio lo mejor que pudo y se levanto mirando al cielo.
-- Tal vez comience a llover pronto--, dijo él.
Kaishi vio como el cielo comenzó a llenarse de nubes negras y grises con vientos que movían las copas de los arboles y su atención se fijo en el pico de la montaña del pueblo donde se concentro un vórtice de nubes oscuras que no paraban de dar vueltas sobre la montaña.
Al principio eso no le preocupo, él sabia que en el mundo existía la magia y los poderes sobrenaturales, sabia que el ejercito usaba la magia para pelear contra los demonios y por eso pensó que tal vez se tratara de alguna patrulla o algún mago practicando sus habilidades, pero lo que encendió sus alarmas fue que las nubes se concentraron de repente y dispararon una columna de niebla hacia el suelo.
Esa columna mantuvo su flujo de niebla de un color negro carbón creando un muro espeso que se iba acercando al pueblo, al ver el extraño fenómeno, un grupo de 5 guardias armados se acercaron con cautela mientras que Kaishi y las demás personas cercanas los miraban desde la distancia.
Paso a paso los guardias se acercaron con sus armas listas y sin ningún bloqueo ni problema se adentraron en la niebla ante la vista del pueblo, durante unos instantes la expectativa los lleno a todos ya que esperaban ver como el grupo volvía a salir para decir que no era nada peligroso, pero un grito de terror les dijo lo opuesto.
Desde fuera de la niebla, la gente del pueblo pudo escuchar el sonido de metal golpeándose, huesos rompiéndose, gritos de socorro y de piedad combinados con el innegable olor de la sangre dándoles a todos la misma señal instintiva "PELIGRO".
Sin pensar ni razonar todas las personas del pueblo entraron en pánico, comenzaron a correr sin control mientras que de la niebla salieron tentáculos negros que empezaron a capturar victimas para luego arrastrarlas al mismo destino de los guardias del comienzo.
Reaccionando rápido, Kaishi se arrincono en una casa para evitar ser arrollado por la gente y se escondió de la niebla, rápidamente pensó sus opciones y supo que hacer, su padre y hermanos bien podían morir si no se salvaban solos pero iría a salvar a su madre, nadie mas importaba en el pueblo, solo debía sacarla a ella.
Ya decidido, Kaishi comenzó a correr tomando los atajos que bien conocía en dirección a su casa, paso por varias calles y vio personas luchando por su vida tratando de sujetar lo que fuera pero solo para terminar arrastrados e incluso el resto de la guardia del pueblo estaba impotente ya que sus armas no servían contra algo que no se puede cortar siendo ellos también victimas del suceso, todas esas cosas le gritaron a Kaishi fuerte y claro, debían escapar.
Llegando a su casa, pudo ver como sus dos hermanos estaban tratando de sostener a su padre que era halado por un tentáculo de niebla mientras el hombre usaba su espada inútilmente.
-- ¡¡Kaishi, ¿que estas esperando idiota?, AYUDANOS!!.
Ni siquiera enfrentando la muerte podían ser amables con él pero como si fuera justicia divina, antes de que Kaishi pudiera reaccionar, dos tentáculos capturaron a sus hermanos para llevarse a los tres desgraciados a su doloroso final dejando detrás solamente la espada que su padre había soltado.
Kaishi los odiaba y no se molestaría en negarlo pero ni siquiera él deseaba un final así para ellos, pero restándole importancia tomo la espada de su padre y se concentro en lo importante, salvar a su madre; corrió a la puerta y la empujo con fuerza buscando a su madre sin verla al principio pero después de revisar bien la pudo ver en un rincón acorralada por 3 tentaculos.