Una tragedia había pasado, su madre había muerto, Kaishi corrió y corrió sin descansar hasta perder de vista el pueblo, luego de llegar a un cruce de caminos lo bastante lejos Kaishi se detuvo y se sentó junto al camino, desde donde estaba aun podía ver la montaña de su pueblo donde aun estaban las nubes acumuladas.
Kaishi estaba en un estado de shock, sentía rabia, impotencia y muchas cosas mas pero debido al golpe psicológico de perder a su madre toda su energía la había gastado y ahora estaba realmente agotado.
Lentamente se puso de pie después de unos minutos y aun con la espada de su padre en la mano comenzó a caminar alejándose mas de su pueblo, paso a paso el tiempo paso, soplo el viento, las hojas volaron y la tarde cayo ante un Kaishi incapaz de notar esos cambios, solamente al sentir la lluvia que había comenzado fue cuando Kaishi reacciono un poco y se propuso a buscar refugio.
-- Ya es de noche, necesito buscar una cueva--, dijo él entre susurros.
Caminando con desanimo comenzó a buscar un lugar sin éxito al principio pero luego de una breve búsqueda logro conseguir una cueva decente para cubrirse de la lluvia, Kaishi entro en ella y reviso sus alrededores, a pesar de que su mente estaba golpeada, sus instintos le ayudaron a realizar preparativos de seguridad.
Encendió una fogata, seco su ropa mojada y se sentó al calor del fuego a pensar, ya con un refugio y cobertura del frio su mente dio rienda suelta a los recuerdos desatando con ellos un cumulo de ira, impotencia y dolor.
La imagen de su madre venia a su mente una y otra vez, recordó como fue arrastrada por esos tentaculos y como él no pudo hacer nada mas que escapar, se sintió impotente como nunca antes ya que en secreto él salia por las noches a entrenar con la espada de su padre para volverse fuerte y hábil pero ni eso le fue útil para ayudar a su madre.
Primero comenzó a temblar, sus ojos se llenaron de lagrimas y su rostro se frunció como muestra de todo el dolor contenido hasta que llego el momento limite que lo hizo quebrarse en gritos y llanto.
---¡¡¡PORQUEEEEEE!!!.
Kaishi comenzó a gritar mientras golpeaba el piso.
---¡¡¡MALDICION,MALDICION,MALDICION!!!.
Al sentir que sus puños ya estaban morados de tantos golpes, Kaishi tomo la espada y comenzó a golpear rocas, palos y lo que sea que viera en un intento por drenar su rabia, así duro un rato soltando maldiciones y golpes a cualquier parte hasta que la espada termino por perder su filo y sus manos le temblaban por tantos golpes.
Kaishi se detuvo y soltó la espada para luego caer de rodillas y llorar sin fuerzas.
---No lo entiendo, ¿Por que solo yo?--,dijo Kaishi entre sollozos.
---Ella también merecía vivir, ella era buena.
Cansado y abatido, Kaishi comenzó a pensar en sus opciones actuales, su madre estaba muerta y debía aceptarlo, eso le dejaba las opciones de vengarla o rendirse y olvidarla, la opción de venganza era casi imposible porque aunque la niebla llego de repente, él ya suponía que los demonios estaban detrás de este incidente y de ser así nada podía hacer.
La opción de olvidarla tampoco le parecía, si decidia rendirse y seguir con su vida, él sabia que viviría atormentado por la culpa y nunca podría superarlo llegando incluso al extremo del suicidio, Kaishi supo que no le quedaban opciones y ya no queria sufrir mas, no quería morir pero su dolor lo arropaba con fuerza sin dejarle alternativa.
Sus ojos cedieron al vacío de su corazón y su voluntad se apago, lentamente tomo la espada y la arrastro sobre la roca hasta sostenerla con sus dos manos, poco a poco y con el pulso temblando apunto la hoja directo a su pecho con la intención de dejarse caer sobre ella y finalmente morir.
Pero antes del final, su voluntad se encendió en una ultima resistencia dandole la fuerza para decir unas ultimas palabras.
--- Ayuda, por favor quien sea.
Kaishi dijo sus ultimas palabras en medio del silencio.
---No quiero morir, por favor, sálvenme.
Ultimas palabras, ultimo aliento, ya sin nada que perder y nada a que aferrarse Kaishi se rindió y se dejo caer pero en ese mismo momento, la respuesta a su grito de auxilio llego.
Un fuerte terremoto hizo temblar la tierra con violencia derribando a Kaishi y evitando que se quitara la vida, ya en el suelo y confundido Kaishi se cubrió como mejor pudo para evitar las rocas que caían del techo de la cueva, luego sintió como un fuerte impacto detono afuera de la cueva y junto a eso vió un fuerte resplandor que ilumino todo a su alrededor.
Lleno de sorpresa y temor Kaishi se quedo congelado sin saber que hacer solo siendo sacado de su asombro por una poderosa voz llena de autoridad que lo llamo desde la luz.
---¡¡Sal fuera!!.
Kaishi escucho y sintió una orden clara, debía salir, aunque era algo desconocido y bastante aterrador debía salir, así que poco a poco con la espada en mano salio al exterior cubriéndose los ojos como pudo por el intenso resplandor.
--- ¿Quien eres?---, preguntó Kaishi con temor.
Su rabia y frustración se habían ido, en su lugar solo había sorpresa y temor ya que la presencia del misterioso personaje era fuerte y poderosa e incluso podía sentir como si esa luz le devolviera poco a poco sus fuerzas.
--- No debes tener miedo, vine para ayudarte.
Al oír esas palabras, Kaishi vio que el resplandor se fue apagando dejando ver a un hombre de contextura fuerte vestido de ropas doradas y plateadas, sostenía un bastón con una joya en su punta y su porte era el de un soldado listo y armado pero a pesar de su feroz imagen, Kaishi pudo notar que su rostro era amable y su expresión era sincera.
---¿Ayudarme?,¿Por que me ayudaría un desconocido?.
--- Te sorprendería lo mucho que te conozco---, dijo el hombre con una expresión algo alegre.
--- ¿ Como te llamas?.
--- Me llamo Yoshihiro Eiga y se que te llamas Kaishi Odai.