Luego de oír eso, ambos se quedaron frente al pedestal mientras que Kaishi procesaba todo lo que acababa de ver y oír, él era parte de un reino magnifico lleno de personas con capacidades únicas y protegidas por un Dios capaz de expulsar cualquier rastro de dolor de sus tierras.
Fuerza, abundancia y alegría sin precedentes, el reino Kamashinori era único y ningún reino de la tierra tenia la mas mínima posibilidad de siquiera igualarlos, pero fue por tanta majestad y gloria que Kaishi no termino de entender una cosa.
--- ¿Impresionado?---, pregunto Yoshihiro en un tono bromista.
--- Y como no estarlo, este reino es un completo paraíso.
Yoshihiro asintió en silencio con una mezcla de dolor y nostalgia en su rostro.
---Tienes razón.
--- Pero hay algo que no entiendo---,dijo Kaishi confundido.
--- Te escucho.
--- Tienen, mejor dicho tenían tanta fuerza, también tenían ese poder del que tu hablas, soldados y riquezas pero no conozco de su reino en el presente, es mas, se que vivia en un pueblo pequeño pero estabamos en la región norte y eso nos dejaba escuchar muchas noticias del mundo y la guerra.
Yoshihiro escucho todo lo que Kaishi dijo sin interrumpirlo.
--- Cierto, ¿pero cual es tu punto?.
--- Lo que quiero decir es, ¿por que un reino tan fuerte y poderoso no existe en el presente?¿que les paso?.
Yoshihiro bajo la mirada al suelo y guardo silencio por 5 segundos recordando aquellos momentos finales.
--- Esa es la verdad que veras ahora.
Al decir eso, Yoshihiro golpeo su bastón contra el suelo y con eso hizo que toda la realidad se disipara como el humo para luego formar una nueva imagen, solo que esta vez ambos estaban flotando aun en forma de espíritu sobre la ciudad en medio de una sangrienta batalla.
Los campos de cultivo estaban cubiertos por dos ejércitos en conflicto, un bando eran los soldados Kamashinori y el otro eran los demonios Kuroshi, Kaishi pudo ver como los Kuroshi tenían números masivos que rodeaban la ciudad pero también vio como el poder de los Kamashinori los mantenía a raya e incluso los ayudaba y comenzaban a contraatacar.
--- Por la gloria de ISOD no seremos vencidos.
En medio de la batalla Kaishi escucho ese grito potente siendo el inicio de un poderoso contraataque, ambos vieron como el ejercito Kamashinori abría la tierra devorando decenas de demonios, gigantescos tornados aparecían de la nada arrasando al ejercito rojo, lluvias de granizo, rafagas de relampagos, erupciones de magma y tormentas glaciares.
Kaishi quedo sin palabras, él ya sabia que la magia existía pero esta tenia sus limites y riesgos, pero lo que estaba frente a él era de niveles desconocidos, en efecto esto era mayor a la magia, era poder, y el ver que el tiempo, la naturaleza, la realidad y la materia obedecían las ordenes de los Kamashinori, hicieron que Kaishi se preguntara quien era el Dios que daba a sus ejércitos el dominio sobre todo.
Pero su sorpresa fue superada una vez mas por un evento inesperado ya que en medio del campo comenzó a sentirse un fuerte terremoto que detuvo la batalla por unos momentos mientras que todos se miraban entre si para luego ver como un enorme pilar de luz salia desde el templo de la ciudad hacia el cielo.
Ese pilar de luz dorada capturo la atención de ambos ejércitos y mas aun al ver como manchas de oscuridad comenzaron a cubrir el pilar poco a poco hasta ser completamente negro para después ascender al cielo y dispersarse en las nubes.
La batalla se mantuvo detenida por unos momentos para luego dar paso a una marea de emociones enfrentadas, confusión, temor, euforia, violencia pero la mayor de todas se corono sobre el ejercito Kamashinori.
Miedo.
Rápidamente los demonios Kuroshi retomaron el ataque solo para encontrarse con un ejercito débil y despojado de su poder, los soldados Kamashinori comenzaron a ser despedazados, sus batallones fueron aplastados mientras sus soldados eran devorados por decenas de demonios, algunos Kamashinori trataron de cerrar filas y contener el ataque pero todos ellos habían perdido su poder y sus creaciones de batalla no podían resistir la fuerza del ataque demoníaco.
Kaishi ya no veía una batalla, ahora era una matanza, los demonios arrancaban cabezas, brazos y piernas con un placer grotesco y violento como si llevaran mucho tiempo esperando hacerlo y en menos tiempo del que pensó posible el ejercito dorado Kamashinori fue completamente derrotado dejando a la ciudad expuesta y vulnerable.
Kaishi y Yoshihiro se movieron sobre la ciudad y vieron una completa carnicería, en una calle unas chicas escapaban de unos demonios con forma de lobos gigantes solo para llegar a un callejón donde luego se escucharon gritos de dolor mientras manchas de sangre y trozos de carne impregnaban las paredes.
Una madre corría con su niño en brazos huyendo de un batallón Kuroshi para después tropezar en el camino y caer ante ellos mientras moría siendo atravesada por lanzas una y otra vez, los cuarteles fueron quemados, las escuelas derribadas, los arboles arrancados, toda la gloria de la ciudad estaba muriendo.
Incluso los valientes intentos de la guardia de la ciudad por repeler el ataque era inútil ya que al igual que con el ejercito principal, la guardia Kamashinori había perdido su poder y nada pudieron hacer.
Luego de mirar tanta muerte y tanta sangre, Kaishi y Yoshihiro se movieron en el aire sobre el castillo real, vieron como la guardia real cerro filas en las puertas del palacio para ganar todo el tiempo posible mientras la familia del rey escapaba por el templo.
Mientras la guardia resistía, Kaishi y Yoshihiro se movieron de nuevo para ver al rey, la reina y su hijo de 5 años correr por los pasillos del templo hacia las salidas subterráneas pero antes de salir, el rey quiso prevenir a los sacerdotes para ayudarlos a escapar pero cuando llegaron al salón de la gema vieron que todos los sacerdotes estaban muertos en el suelo menos uno que estaba de espaldas mirando el pedestal vacío.