Emily se queda estupefacta, el, la está besando, la tiene abrazada por la cintura con una mano y la otra en la nuca de ella, para impedir que se separe, Emily intenta alejarse, más su propia mente se burla de ella
-no te hagas loca quieres tomarlo de la camisa y pegarlo más a ti, te está encantando como te besa- piensa Emily
Emily reacciona cuando el, baja descaradamente la mano de la cintura al trasero de ella, apretándolo sin lastimarla, pero si logrando que ella de un brinquito y trate de gritar, lo que el aprovecha para intensificar su beso y dejar su mano sobre una de las pompis de ella
Emily se pone muy nerviosa, asustada y enojada, pues ese beso para ella fue lo más hermoso que ha experimentado, sin embargo, él se pasó de descarado al tocarle su trasero, además no debe sentir nada por él, es un criminal, un asesino, ya todo el pueblo sabe lo que esos chicos hacían, engañar o secuestrar turistas, robarles, aprovecharse de las mujeres y matarlos. Para su beneficio aprovechaban la soledad y las leyendas del bosque
El chico la suelta y le dice
- tengo que irme, están afuera, pero, regresare para continuar con esto- él se señala y la señala a ella
Emily no sabe cómo reaccionar o que decir, ni siquiera siente ganas de golpearlo, ella quiere seguir con el beso y solo piensa
- ¡Dios! Emily, como te pones por un simple beso, te sientes así porque nunca te habían besado, eso es lo que pasa, son las hormonas- Emily sigue en sus pensamientos y no ve que el chico se regresa
- ¡demonios! - el chico toma la cara de Emily entre sus manos y la vuele a besar ahora lenta y apasionadamente, degustando cada milímetro de sus labios – mía – cree escuchar Emily más no está segura, ella no se mueve solo disfruta el beso con los ojos cerrados, el termina el beso estirando el labio inferior de Emily con una pequeña mordida y une su frente con la de ella, están respirando agitados los dos
- nunca creí que te encontraría, no te puedo dejar, no te quiero dejar-
Ella no dice nada, sigue con los ojos cerrados, preocupada por sus propias reacciones, aunque no lo beso, tampoco lo detuvo
- prepara lo que necesites, cuando regrese te iras conmigo Emily-
Emily parpadea sorprendida al escuchar esas palabras que la asustan, se separa, lo ve a los ojos, en ellos puede ver el deseo y el anhelo, nerviosa y asustada desvía su mirada, no puede decir nada, tiene un nudo en la garganta, quiere, desea continuar con ese beso, le gusta estar entre sus brazos, se sintió igual que cuando la bestia la abrazaba, sin embargo, no piensa ser una más de las chicas que están en las estadísticas de abusos o asesinatos, él es malo, no puede ni siquiera pensarlo.
Emily siente una mano en su barbilla, con delicadeza el, la hace mirarlo, ella cierra los ojos, pues su simple toque le transmite calor y pequeñas ondas eléctricas que solo con la Bestia, las había sentido, él se acerca y la besa suavemente con besos cortos y castos, mientras le dice
-no me temas, no puedo ver tus ojitos asustados, te prometo que cuidare muy bien de ti-
Mientras ella abre los ojos, el, le da un último beso, abre la puerta y al salir cierra con las llaves, para después desaparecer entre las sombras
Emily se queda estática en su sitio, tocando sus labios y pensando en sus palabras, pasado un tiempo ella busca de ventana en ventana, no lo ve ni a él, ni a lo que el busca, después de un rato dando vueltas por todas las ventanas se va a su habitación, por última vez se asoma por la ventana y la ve, es la Bestia, está caminando por su patio, Emily no lo piensa y corre escaleras abajo, hasta la puerta del patio, pero, no la abre, se siente la peor de las mujeres, acaba de dejar que el chico la bese, no tiene el valor para enfrentarse a la Bestia, entonces, ella levanta su vista y lo ve, la Bestia la está mirando fijamente, con sus hermosos ojos color ámbar. Emily hipnotizada por su mirada, pone su mano en la manecilla de la puerta, mientras no le quita la vista a través de la ventana de la puerta, el, le gruñe, ella no sabe porque o como, pero, está segura de que eso fue, - no vayas a salir -
Ella suelta la puerta y el busca en el patio, se le ve olfateando en el aire, después gira a ver a Emily, vuelve a gruñir y ella lo entiende, - vete a tu cuarto - Emily sube hasta su cuarto y lo busca por la ventana, no lo ve, pero, si puede ver a dos chicos, ninguno es el que la visita, no son tan altos como el, ellos se acercan a la puerta del patio, de pronto la Bestia sale y los enfrenta, ellos se giran, uno está en posición de ataque y el otro se ve asustado.
La Bestia se abalanza sobre uno de los chicos, pero, este es muy rápido, tan rápido que ella se da cuenta que él no es un humano, el otro chico ha huido, el que queda se lanza sobre la bestia, que de un zarpazo lo avienta de vuelta, sin embargo, el chico cae de pie, con unos terribles cortes surcando su cara, pero, de manera sorprendente, se empiezan a desaparecer, ninguno se mueve, parecen estar hablando entre ellos, más Emily no logra oír nada.
Ella no es tonta y no arriesgara su vida a menos que la de sus padres o la bestia esté en peligro, por lo cual se queda escondida tras la cortina tratando de ver qué pasa, los ve volver a enfrentarse, ahora el chico golpeo a la bestia en el estómago, lo que la hace enojar, pero, no puede hacer más que rezar por que el salga victorioso, los dos siguen luchando hasta perderse entre las sombras, Emily espera con la esperanza de volver a verlos, su corazón está a mil, ha pasado mucho tiempo, ella más que desesperada, da vueltas en su habitación, vuelve asomarse por la ventana, no ve a la Bestia y teme lo peor.
Emily está desesperada, piensa en hablarle a sus padres o a la policía, sin embargo, sabe que pondría en peligro a sus padres y que la policía no le va a creer, pero, su semblante cambia cuando lo ve al final del patio, escondido entre las sombras, se está tomando el estómago con una mano, ella corre escaleras abajo y sale por la puerta de atrás sumergida en sus propios pensamientos, ve a la Bestia que se acerca y corre a abrazarlo, el se queda quieto, no lo puede creer, ella lo abraza por gusto y no tiene su forma de humano, el, sin pensarlo más la abraza y huele su cabello, la bestia no sabe que hacer, convertirse en humano, seguir en esta forma, llevarla con él, está demasiado sorprendido por las actitudes de ella.