Salvada por el alpha maldito

Capítulo XII

Emily empieza a despertar poco a poco, se siente descansada y alegre, abre sus ojos y mira el techo

-No recuerdo que el techo de mi cuarto sea blanco y las molduras no tienen esa forma -

Ella se sienta de golpe para ver que no es su cama, ni su cuarto y obviamente no está en su casa. Trata de recordar como llego ahí, pero, no puede, lo último que recuerda es al chico, a Eros en su cuarto, me dijo que me durmiera

No lo soñé, me secuestro ese hijo de loba

Emily se levanta de la cama, y se percata que no trae su ropa, tiene puesta solo la parte superior de un pijama de franela, obviamente por la forma y tamaño es de caballero.

¿Quién se atrevió a cambiarme, me vio en ropa interior, me tocaría? No, no me duele nada, me siento igual que siempre

Reviso las sabanas por si acaso y respiro más tranquila, busco su ropa y no la encontró, entonces dio una vista por todo el cuarto buscando un teléfono fijo,  el cual no había en la habitación, busco su celular, pero, no se ve a simple vista por lo cual empezó a abrir cajones y lo encontró dentro de la mesa de noche corrió a prenderlo, sin embargo, no tenía pila, busco el cargador en el mismo cajón, tratando de no hacer ruido, hasta que lo encontró, feliz lo conecto y espero unos segundos antes de prenderlo, inmediatamente se dio cuenta que algo andaba mal, su celular no prende, Emily lo golpea un poco para que responda, pero, solo se da cuenta que su celular pesa un poco menos, entonces le quita la tapa para descubrir que no tiene la pila

-¿Qué ching…-  contrólate Emily, no puedes perder la calma en este momento, se dijo a sí misma, quiso lanzar el celular, sin embargo , lo pensó mejor, quizás logre encontrar la pila, así que lo dejo de nuevo en el cajón y se puso a buscar la pila, después de buscar por todo el cuarto se dio por vencida

- seguro la guardo en otro cuarto -

Emily se asoma por la ventana, solo se ve el bosque, al girar su cara frente a ella ve tres puertas, asume que son el baño, el vestidor y la salida, abre la primera puerta y es el baño, entra porque después de toda la noche, necesita usarlo, posteriormente busca entre los cajones hasta encontrar un cepillo de dientes nuevo y una pasta dental, se lava los dientes, se pasa la mano por el cabello, para peinarlo un poco y sale del baño.

Abre otra puerta y es un closet grande, lleno de ropa de hombre, de un hombre muy grande y alto, seguro es de Eros

Nada de esta ropa me va a quedar y ahora que hago, no puedo salir así

Emily tomo un short, le queda tan grande que se le cae, por lo que uso una corbata de cinto, también se puso una camiseta, para no salir en pijama, aunque de cualquier manera se ve graciosa.

Con mucho nerviosismo abrió la tercera puerta y la cerro de golpe

- ¡Dios mío! Porque esta parado afuera del cuarto -

La puerta fue abierta de nuevo por Eros, quien hoy se ve muy intimidante, parece enojado, Emily no lo quiere ver a los ojos, porque está muy enojada y porque el, la intimida. El entra con un porte muy elegante a pesar de vestir unos jeans negros, camiseta gris y unas botas tipo militar, de color negro, el aroma de su perfume la hechiza, ella lo ve como si él fuera la perfección andando.

- ¿A dónde ibas? - pregunta el sin expresar alguna emoción mientras se acerca cada vez más a ella

-yo…yo- Emily no sabe que contestar, ni sabe a dónde iba, si puede confiar en él, si es esta enojado y la atacara.

-tu, ¿qué? - dice el molesto tomando la barbilla de Emily con una mano, sin lastimarla, Emily retrocede un paso y se suelta

-yo, ¿quiero saber dónde estoy, que hago aquí y principalmente como puedo irme a mi casa? – dice ella nerviosa pero molesta por como él, le hablo.

-te diré esto solo una vez más y espero lo entiendas porque no soy un ser muy paciente, no me gusta el tono de tu voz, así que ve endulzándolo - dice Eros tomando a Emily de la cintura hasta pegarla a el, ella levanta su cara para poder verlo

- ¿qué haces aquí?, esta es tu nueva casa, y de cómo irte, eso no pasara, nunca.

Emily se queda analizando sus palabras, no es una chica rebelde, pero, tampoco sumisa, sin embargo, sabe que si lo hace enojar será peor, lo ve en su cara, antes de que ella diga algo él le dice

-eres mi compañera de vida, mi luna - Eros acerca su cara a la de Emily y la acaricia con su nariz al tiempo que absorbe su aroma - por lo tanto, me perteneces, eres mía - 

Emily se arma de valor, se separa y lo encara con un tono de voz más dulce y bajo

-lo que dices suena como a una novela o leyenda de hombres lobo que leì en mi clase, pero, a mi eso no me hará cambiar de parecer …-

- ¿no? -pregunta Eros interrumpiendo molesto por su respuesta

Emily se callá de golpe y abrió sus ojos como platos al recordar, lo aterrador que es la Bestia cuando se enoja, asustada retrocede un poco más

-ya sabes quién soy, no quiero dramas, solo obedece y no tendremos problemas, ahora siéntate en la silla junto a la ventana, en un momento alguien traerá tu desayuno, no puedes salir de este cuarto, ni hablar con nadie, tampoco quiero que intentes escapar, no me gustan los humanos, así que mejor obedece a todo o te castigare - dice el con disgusto

Emily retrocede un paso, gira y para evitar que el, vea sus ojos cristalizados, quiere decirle tantas cosas, quiere gritarle y darle una bofetada por ser tan insensible con ella, más no lo hace pues vió en sus ojos que no miente, sabe que él no la consentirá como escriben en las películas, no la enamorara, ni la seducirá, solo quiere obediencia

- ¿no vas a decir nada? - pregunta el fastidiado

- ¿me escucharas, serviría de algo negarme a tus ordenes o dar mi opinión?, creo que dejaste claro que estoy muy a tu pesar aquí y que, a la más mínima provocación, me lastimaras porque no te agrado - dijo ella molesta por su cambio repentino e imaginando su sombrío futuro. Eros esbozo una sonrisa pensando que Emily y su madre son muy parecidas y hasta utilizan las mismas palabras, sin embargo, su sonrisa burlona solo duro un segundo




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.