Sálvame

Capítulo 2

Estoy de camino a la escuela en el carro y por suerte hoy no salió el sol, pero lo malo es que hace tres grados, mientras voy de camino reproduzco mi Playlist ya que es un largo camino y más con la nieve de las calles y en el dispositivo hago que suene "Keiner Merkt Es" de Panik y "Ordinary Life" de Simple Plan.

Ya estando en la escuela pienso que esto es bastante aburrido ver y escuchar a los recién llegados.
Tengo la mirada perdida puesta en los estudiantes que pasan a presentarse de a uno, cuando casualmente, por alguna razón una de las últimas chicas en presentarse llama algo de mi atención porque me estaba mirando fijamente desde que llegó y claramente la miré por la sensación que provocó su mirada fija, pero decidí restarle importancia y volver a mi nube.

Cuando menos me lo percaté era mi compañera de lugar, Genial. Tal vez sea una chica acosadora porque desde que llegó me está mirando, pero antes de juzgar pensaré en ser lo más cordial posible, después de todo será mi compañera hasta el próximo semestre o más.

- Tut mir leid, dass Sie Spanisch sprechen?

Dice en tono apenada, pero ooh...espera ahora está hablándome en alemán.

Me volteo con pereza, MUCHA pereza, dije que sería cordial y este es mi mayor esfuerzo.

- No, lo siento no puedo con el español.

Si, amanecí humorista.

Al mirarla a los ojos noté que era Ingenua y mucho, podría sacar cierto provecho de esto y al parecer no sería tan aburrido ser su compañero de lugar.

Noto que se voltea con la vista hacia otro lado

- Lo siento, mi alemán no es fluido. Por cierto ¿cómo te llamas? -vuelve a voltearse para mirar más claramente a aquel muchacho- No olvidaré al chico del primer día que me dio una gran bienvenida.

Si si claro, usa sarcasmo, no pretendas que te seguiré el juego, niña.

- Soy Parker. Y créeme yo tampoco olvidaré a la chica que se disculpó dos veces en menos de cinco minutos, ¿sabes disculparte en italiano?, digo, es para que no me llenes de sorpresas. -dice con burla.
- Vaya...nos llevaremos bien parece. -lo mira mal con sutileza- adivinaré ¿eres el que tiene más amigos en toda la clase? ¡¡uh, no!! ¡Ya sé! Eres el tipo popular del salón, o tal vez de la escuela. 
- -la mira extrañado disimuladamente- Disculpa ¿tú eres?, es que podría llegarte a confundir con el montón de mis amigos. -dice con ironía-
- Amelia Obregon.

Y... ¡Ring! Literalmente salvada por la campana. Lo bueno de esto es que es hora de mi parte favorita de la mañana, ir a comer algo, ya que es el primer descanso que tenemos en seis horas.

Al momento de levantarme de mi lugar y disponerme a salir del gran salón; ruego mentalmente "por favor, por favor no me sigas."

En ese instante que hice mis súplicas, fue evidente que no funcionaron.

Así que mientras caminábamos por los largos pasillos del edificio de la escuela noté que iba leyendo un libro, por pura curiosidad inclino mi cabeza disimuladamente hacia ella para poder ver lo que leía

- ¿Que lees? -inquirió.
- Un libro ¿no es obvio? -toma el libro con ambas manos para acercarlo al rostro de Parker.

Bien, me lo merezco por preguntón.

- Es "Cien años de soledad" de Gabriel García Márquez.
- Al menos tienes buen gusto literario.
- ¿Ahora tu lees? -pregunta con ingenuidad.

Al momento que ella se giró para mirarme nuestras miradas se cruzaron, y de nuevo sentí la sensación de la clase anterior mientras se presentaba, claramente no escuché nada de lo que dijo ni ahora ni en la clase; pero ella me estaba mirando y no estaba delirando por el sueño que tenía en ese momento. Pero, por curiosidad quise intentar ver quien era a través de sus ojos que eran de color...de color café, unos hermosos ojos color café.

- Siempre lo hice y al parecer vas por menos de la mitad, puedo darte un gran pero pequeño resumen a la vez de lo que te falta. 
- No, olvídalo, que no sé te ocurra. Por cierto ¿sabes dónde está el campus? 
- ¿Crees buena idea ir a leer al campus? -dice con cierta diversión- 
- No, pero si no me lo aconsejas es por que alguna vez lo intentaste ¿no?
- No, no traigo libros aquí porque para eso está la biblioteca, la señora Gretchen puede dejarme estar ahí por horas.
- ¿La...señora Gretchen? ¿Eres amigo de la encargada de la biblioteca? 
- No...bueno, más o menos.

No te rías...no te rías...

Al instante puede notar que sin evitarlo suelta una pequeña risa.

- Vaya...ojalá algún día me lleves a la biblioteca.

- Si claro, un 29 de febrero tal vez.

Creo que podemos llegar a ser amigos solo por el buen gusto literario que tiene. 
Perdón, pero no puedo guardar el sentimiento que me dieron tus ojos hace un momento, tienes unos ojos cafés demasiado lindos como para que te dediques a mirar el suelo cada vez que hablas.
Y en ese momento que la oí reír de inmediato deseé ser divertido solo para ella, aunque no lo sea, y no sé el motivo. ¿Por qué ella me transmite eso?, esta confianza.

¿Quizás es porque me sentí como en casa contigo, mucho antes de que me dejarás entrar?

- Oh...espera ¿me estás acompañando al campus, pero no quieres enseñarme la biblioteca?

- Lo hago porque es solo el campus; no tiene nada de especial para mí, en cambio la biblioteca es mi lugar seguro.

- Ambos somos un ratón de biblioteca, acéptalo.

¡OBVIO SI! ¡YO PUEDO DORMIR HASTA CON MIS LIBROS!

- No, para mí los libros son solo un modo de distraerme, no podría llegar a tomarles tanto afecto y la biblioteca me gusta por la tranquilidad que tiene, no es gran cosa.

Al llegar al campus a lo lejos puedo divisar a mi amigo Derek y al parecer terminaron su entrenamiento porque está acostado en medio del césped con brazos y piernas extendidas mientras sus compañeros se dirigen a los vestidores.

- ¿A quién exactamente buscas? No sabía que ya conocías personas de aquí.

- Es el primo de una amiga, él se ofreció a ayudarme mientras estaba aquí así que eres el primer alemán que conozco siéntete afortunado. -dice con egocentrismo.




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