Desperté sintiendo el calor del cuerpo de Kaleb pegado a mi espalda. Me volví hacia el suavemente. El gimió y se quedo boca arriba. Mire el reloj de la pared, eran las seis de la mañana. La sabana se corrió dejando su miembro semi erecto magníficamente descubierto.
Se me hizo agua la boca literalmente y quise probarlo. Tome un preservativo de la mesita y lo deje al lado de mi pierna. Me senté a horcajadas sobre él, tome su miembro en mis manos y lo lleve a mi boca. Acariciándolo con mi lengua, lentamente lo sentí despertar y comenzar a gemir mientras se ponía más duro a cada segundo. Sus manos fueron a mi pelo y lo acaricio mientras seguía torturándolo con mi boca. Debía estar disfrutándolo mucho porque sus gemidos eran intensos. Yo estaba toda húmeda y no soportaba mas sentirme vacía. Tome el preservativo, lo abrí con mi boca y se lo coloque mientras el aun gemía. Me subí sobre él y lo lleve dentro de mí. Sus manos fueron a mi cintura para acompañar el ritmo de mi montada y me sentí perdida en el placer de nuevo. El se incorporo y me abrazo mientras guiaba nuestros movimientos. No paso mucho hasta que los dos nos tensamos y con un gemido profundo nos vinimos al mismo momento.