Sálvame

Capitulo 15

 

 

— ¿Alguna mejoría? El informe que me entregaste la semana pasada no decía mucho.

—Creí decirle que no guardara muchas esperanzas. A estas alturas, no tengo certezas de poder detener esto.

 

Conversación entre Derek Miller y el Dr. Casstien.

 

 

Afuera del local, Eleine llamó a Will mientras Caleb esperaba en la camioneta, cerca de una hora había pasado desde que dejaron la casa de Patrick. El tono de marcada sonó por tercera vez, por lo general Will siempre atendía al primer llamado, era una de esas personas que jamás dejaba su teléfono. Por eso al cuarto marcado Eleine se preocupó.

La última vez que hablaron, Will sólo le había dado los datos del domicilio de Patrick, pero no dio señales de dónde estaba. Debería andar por Woodstone City, pero ella no le había visto, ni siquiera respondió los mensajes que Eleine le envió para que se encontraran en uno de los parques.

—Vamos, Will, atiende o me dará un ataque.

Sonó la contestadora y ella colgó la llamada, miró a su alrededor y tomó aire para calmar sus nervios. Will fue el que se infiltró en el clan de los pumas para obtener información, ella jamás podría haberlo hecho, además del miedo, el peligro era demasiado.

¿Will estaba en peligro?

De pronto su celular dio el sonido de la casilla de mensajes:

“No puedo hablar ahora, dime por texto lo que necesitas ¿estás bien? ¿Cómo te ha ido con el león?”

Un poco de alivio barrió con la preocupación, pero ella no podía dejar todo de lado, la responsabilidad era demasiada, primero exponía a su amigo y compañero de trabajo ante un terrible peligro, después condenaba a un cambiante que quiso ayudarla. Eleine comenzó a pensar que sus acciones cobraban demasiadas cosas.

“Dime que estás bien y que no te secuestraron los pumas”

Recordó lo que Patrick le había dicho acerca de la forma de juzgar, si habló con tanta seguridad de que lo iban a castigar severamente ¿qué podrían hacerle a Will si lo descubrían?

“Yo estoy bien, no te preocupes”

Eleine sonrió, volteó a ver hacia donde estaba su camioneta, Caleb había bajado la ventana y parecía contento escuchando una canción.

“Necesito que investigues a una persona”

Sacó una fotografía al hombre, con eso debía alcanzar para tener registros, además conocía bien las capacidades de su amigo, él podía encontrar cualquier cosa.

“¿Ese es tu prisionero? Con ese aspecto cualquier mujer lo encadenaría a su cama. Bien hecho Eleine, buscaré todo lo que pueda, en cuanto tenga algo te llamo ¿de acuerdo?”

Sonrió, sintió calor en sus mejillas y supo que probablemente estaba sonrojada, miró a Caleb, tenía que admitir que Will decía la verdad, el hombre era atractivo, varias mujeres que pasaron caminando se detuvieron unos segundos para apreciar mejor el paisaje, y Caleb ni siquiera se dio cuenta.

“De acuerdo Will, ten cuidado. Patrick accedió a ayudarnos, ahora mismo está haciendo su trabajo. Por favor llama pronto, necesito confirmar que estás bien, nos vemos.”

Una sensación de cosquillas en su pierna le distrajo, Eleine bajó la mirada y lo que vio le dejó sin aliento.

— ¿Qué carajos?

Intentando trepar por su pierna, un cachorro de puma le miraba con unos ojos enormes y dilatados, sus pequeños dientes apenas se veían, y sus garritas no dolían mucho, pero aún con eso era sorpresivo, Eleine no sabía qué hacer, su corazón latió acelerado, tenía dos opciones, zarandear su pierna para incitarlo a que se desprenda o tomarlo en brazos. Sabía que era un pequeño cambiante, un niño o una niña, no podía ser brusca porque al final de cuentas no era tan peligroso como un adulto, en todo caso era tierno.

—Hola, pequeño —murmuró suave, no sabía si el cachorro le escuchaba o si podía entender sus palabras—. ¿Qué haces? ¿Dónde está tu familia?

No, ella no quería saberlo, no quería un par de pumas cerca.

— ¿Te ayudo?

Caleb habló por detrás y ella casi saltó del susto, el cachorro se quejó y sus pequeñas garras se clavaron más en su pantalón.

—No vuelvas a hacer eso —le reprendió.

—Lo siento ¿quién es? —se agachó para intentar acariciar al cachorro y este intentó morderlo.

—No lo sé, apareció de golpe y se pegó a mi pierna como una sanguijuela.

Caleb rió.

—Debe ser un niño.

— ¡Tobías! —exclamó una mujer angustiada.

Caleb y Eleine se quedaron quietos mientras una mujer rubia corría por la acera, tenía una mezcla de alivio y desesperación en su rostro.




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