Sálvame [editado]

CAPÍTULO 02

Inhalo llenando mis pulmones de aire, sintiendo pinchazos en mis costillas, para luego soltarlo lentamente. Aferro mis manos al lavamanos haciendo que mis nudillos tomen un color blanquecino, levanto la mirada clavándola en el espejo de baño viendo el gran moretón que está formándose en mi pómulo. Manchas de un color rojizo, morado e incluso verdes rodean mi ojo inyectado de sangre debido al fuerte puñetazo que me dió. La odio. 

—¿A qué duende mataste para que te pasen estas cosas a tí, Micaela?— pregunto a mi reflejo viendo las lágrimas deslizarse por mis mejillas.

Me río por lo bajo, burlándome de mí misma, soy tan patética. En definitiva, estoy enloqueciendo.

Niego con la cabeza mientras abro el grifo del agua fría, junto en mis manos el frío líquido y me inclino un poco para mojarme el lugar en donde me golpeó y de paso quitar los rastros de lágrimas. Tiene la mano pesada, pero se queda pendeja al lado de mi padre. Duele y arde horrible. Lo malo de todo esto, es que no me traje la base para ocultar los golpes que recibía. 

Tendré que inventarme alguna excusa por si alguien pregunta, veamos; "Iba distraída y choque contra una pared", típico, pero podría servir, "Tropecé y caí mientras venía para acá", creo que sería más creíble. 

Sí, serviría.

Tomé aire una vez más y me lavé el rostro, de igual manera el agua no haría desaparecer el gran moretón que tengo. La campana que anuncia el primer receso de diez minutos, se escucha por los pasillos y me apresuro a salir, intentando cubrir lo más posible mi rostro con mi cabello. Mientras más iba avanzando escuchaba los falsos intentos de susurros, algunos acertando y otros...no van muy lejos de la realidad, insultos a mi persona, empujones,  etc: "Seguro su padre la golpeó por estúpida", real, pero nunca son golpes visibles, "Lisa le ha dado un buen golpe", acertado, es una del grupo de Lisa, "No comprendo que hace aún aquí, ¿Ya vieron como viene vestida?, sigo aquí por mis buenas notas y porque no hay ninguna queda de mi persona por parte de los profesores. "¿Qué te sucedió en el ojo, rarita?, "Miren ahí va la ratita de biblioteca", y  muchos comentarios más que simplemente bloqueo. 

Camino a paso rápido a mi casillero en busca del libro que utilizaré en la siguiente clase, ignoro lo más que puedo las miradas de asco que me echan y continúo avanzando a mi destino, abro mi casillero y saco mi libro de literatura junto con un cuaderno y un bolígrafo para tomar los apuntes que dicte el profesor, le pongo llave nuevamente y me encamino al aula. Entré al aula vacía y en cuanto me senté en la silla de la última fila a un lado de la ventana, nadie acostumbra a sentarse conmigo, se alejan de mí como si tuviera alguna enfermedad contagiosa, eso es mucho mejor para mí ya que al menos dentro del aula, soy invisible. La campana que anuncia el final del receso sonó, y las pisadas apresuradas comenzaron a escucharse. A los pocos segundos el aula comenzó a llenarse de a poco, entran por grupo y se acomodan de esa manera, primero entran los inteligentes de la clase, a los que denominan "nerd" por el simple hecho de utilizar el cerebro, entro en ese adjetivo más no en el grupo, puesto que a la única que molestan más es a mí y no quieren problemas. Luego entran los chicos y chicas de la 'clase media' que son como diez chicos y cinco chicas. Poco después entran los populares, casi siempre entran últimos y haciendo bastante barullo, llamando la atención de todos, Luke es novio de Lisa, típico, mantiene uno de sus brazos sobre sus hombros mientras van a sentarse, sus dos amigas van detrás de ellos casi todo el tiempo. El Sr. Smith entra cerrando la puerta tras de él, para darle inicio a la clase.

—Buenos días, jóvenes— saluda colocando sus cosas sobre el escritorio— Antes de comenzar quisiera...—se detiene mirando hacia la puerta que ha sido abierta sin ser llamada antes. 

Un chico de ojos oscuros y piel blanca se adentra ocasionando un súbito silencio, lleva puesto unos jeans grises oscuros y una camisa negra con los primeros tres botones abiertos y las mangas remangadas hasta sus antebrazos, en las manos lleva algunos papeles lo que da a entender que es nuevo. Camina hacia el profesor bajo la atenta mirada de este y todos los estudiantes, le entrega los papeles e intercambian algunas palabras antes de que el profesor Smith se dirija a nosotros nuevamente.

— Este es su nuevo compañero, Aaron Maxwell— lo presenta mientras él mantiene su rostro impasible— Por favor, tome asiento en donde mejor le parezca. 

Paseó distraídamente su mirada por todos los puestos desocupados, muchas chicas se acomodan mejor en sus asientos y apartan sus bolsos para darle lugar, su mirada cae en mí y lo veo a través de mi cabello como camina despreocupadamente en donde me encuentro y se detiene delante de mí.

—¿Está ocupado?— preguntó con voz ronca y profunda.

Niego despacio agachando más la cabeza para que el velo oscuro que forma mi cabello sea más largo, puedo sentir la mirada de todos sobre mi y las risas bajas que sueltan. Yo solo quiero desaparecer en este momento, me hundo lo más que puedo en mi asiento. 

En lo que dura la clase, puedo sentir la mirada del chico sobre mi rostro. Supongo que la cortina que quise hacer con mi cabello no cumplió su cometido, ya que mantiene la vista justo en el hematoma rojizo que se formó bajo mi ojo. Yo solo estaba atenta a lo que decía el profesor y a mi reloj mental, rogando salir de aquí lo antes posible, pero también mi mente formulaba preguntas que temía saber la respuesta: ¿Sería el siguiente en burlarse de mí?, ¿O golpearme?, ¿Se uniría al club, todos contra Micaela?, pensar sólo me inquietaba y enfermaba más. 

Me levanté apresuradamente y recogí mis cosas a tiempo récord abrazandolos a mi pecho, cuando la campana sonó. Salí antes que todos casi cayéndome ante los pasos torpes que daba y fuí a mi casillero sin darle importancia a las personas que tuve que empujar para llegar a mí destino y los insultos que recibí en el transcurso. Dejé mis cosas dentro y avancé lo más sigilosamente posible hacía la cafetería para buscar mi almuerzo. 

Al llegar a las puertas de la cafetería, me detuve a tomar una gran bocanada de aire antes de continuar con mi trayectoria, afortunadamente la fila era bastante corta, me formé aprovechando que aún no habían llegado los grupos líderes. 

Enseñé el pase que el directivo entrega a los alumnos de clase baja que no pueden pagar el almuerzo, la cocinera asintió y me entregó una bandeja con un plato de arroz con pollo, una manzana y un jugo. Afirmé los lados de la bandeja con mis manos mientras avanzaba a mi mesa de siempre, me mantenía sola todo el tiempo ya que Lisa comenzó a decir que esta mesa solo le pertenecía a la "rarita", y claro, como ella manda por sobre todos ellos, nadie la contradijo y mantuvieron distancia. 

Las puertas se abrieron dándole paso al chico nuevo junto con cuatro chicos del equipo de fútbol, Thomas, Luis, Marco y Leonel. Aarón solo escuchaba atento mientras que los demás reían por algo que Leonel había dicho, su andar era seguro y creo que no fui la única que lo vio avanzar en cámara lenta como cuando Bella vió a Edward por primera vez, amé Crepúsculo, fue una de las películas que llegué a ver con mi madre. 

Me centré en mi comida, ya que padre dejó claro que había perdido el derecho a la cena de hoy y está sería mi única comida. Siempre trataba de aprovechar lo más posible los almuerzos, ya que padre es demasiado inestable y la mayoría de las veces, por el más mínimo error, me dejaba sin cenar. De todas formas no amanecía muy famélica al día siguiente, mi estómago tiende a cerrarse y por más que quisiera, el alimento no pasaría. 

Mientras comía, escuché el chillido de las patas de las sillas de la mesa que se encuentra frente a la mía. Levanté un poco la mirada para ver cómo Aarón, Luis, Thomas, Leonel y Marco tomaban asiento mientras hablaban animadamente  o más bien los jugadores hablaban mientras Aarón escuchaba y daba alguna que otra respuesta corta. Normalmente esa mesa se mantiene desocupada o la ocupaban los "Nerds". No les presté mucha atención y volví la vista a mi plato. Levanté la mano pasando mis dedos por mi sien, gemí por lo bajo y maldije  entre dientes, arrepintiéndome de mi acto al instante. Miré a la mesa de enfrente al sentir unas miradas profundas sobre mí, Leonel y el chico nuevo me miraban con intensidad, no percibí ninguna mueca de burla o que les causara risa lo que me había sucedido. 

Aarón levantó un poco más la mirada, viendo fijamente tras de mí. Miré de reojo y mi estómago se contrajo al instante, Luke se acerca a mí con una pose felina, como esperando a que su presa de eche a correr para hacer más divertida la cacería, en su rostro se mantiene una sonrisa cínica y no veo a Lisa a su lado. Me mira con atención y yo solo me preparo mentalmente a sabiendas de lo que venía. 

Corrió la silla a mi lado, tomó asiento y se inclinó hacia mí.

—Hola, rarita— susurró en mi oído con la diversión tintineando en su voz. 

Me alejé tomando una respiración profunda y entrecortada.

—No tengas miedo, muñeca—ríe, mientras posa una de sus manos en mi rodilla. Ladeo el rostro hacia otro lado para no verlo, no quiero verlo, quiero que se aleje. Ríe más fuerte, mientras afirma sus dedos en mi barbilla con fuerza, haciéndome daño, sus cuatro dedos presionan mi mejilla dañada y el pulgar me daña la mandíbula—¿Duele?— preguntó con cinismo al escuchar mi quejido.

La mano que posó en mi rodilla comenzó a subir por mi muslo. Lo empujé para que me suelte.

—No me toques...—dije intentando sonar firme, pero solo fue un simple e insignificante susurro. 

—Vamos a divertirnos, cariño.

Continuó riéndose mientras tomaba mi rostro una vez más, cerré los ojos con fuerza aguantando un quejido. Dolía horrible.

—Ella dijo que la sueltes.

Abrí los ojos ante aquella voz masculina, encontrándome con Aarón Maxwell de pie detrás de Luke, con su mirada seria, fría y calculadora. El chico que me retiene le dirigió una mirada cómplice. 

—Pero nos estamos divirtiendo. ¿No es así, cariño?—pregunta en mi dirección, soltando mi barbilla. De inmediato llevo una mano allí y froto con suavidad, sé que sus dedos dejaron marcas. Niego despacio para mi misma. Las cosas siempre son divertidas solo para él.

Aarón lo agarró del hombro de su chaqueta y lo levantó bruscamente, alejándolo de mí.

—No te vuelvas a acercar a ella. Estás advertido. 

Luke lo mira con la furia llameando en sus ojos. Se suelta con brusquedad de su agarre y con pisadas fuertes se dirige donde sus amigos lo esperan. Dirijo mi mirada al chico frente a mí, quién me mira y sin decir palabra alguna, se alejó, saliendo de la cafetería. En cuanto desapareció de mi campo de visión, noté que la atención de todos estaba sobre mí, estaban quietos y en silencio pendientes de todo lo sucedido. Algunos comenzaron a hablar en susurros sobre lo que pasó, sus gestos de sorpresa no pasan desapercibidos por nadie. 

Lo entiendo, ¿Quién se enfrentaría al gran Luke Tremblay solo por defender a la marginada?

Las miradas comenzaron a sofocarme, respirar me costaba, así que me levanté tomando la manzana y salí casi corriendo de allí. 




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