Prólogo

 En un país de Asia la guerra era algo común, pocas poblaciones estaban al margen de esta, que se extendía cada vez más como una enfermedad mortal.

 Una de las poblaciones que no estaba en guerra era Zima, llamado así por el gran frio que hacia durante cualquier época del año.

 Lilith escucho un gran estruendo y en ese momento supo que la guerra había llegado a su pequeño y frio pueblo. Su familia estaba preparada para huir en caso de alguna emergencia. El auto estaba afuera, debían estar esperándola pero Lilith no se podía ir sin su mejor amiga Fatima. Ella vivía sola y no tenía los medios para irse.

 Agarro un trozo de papel y un lápiz que siempre tenía con ella, escribió con letra apenas legible: "Tengo que buscar a Fatima, si no he llegado en 20 minutos váyanse sin mí y recuerden que no regrese por salvar una vida".

 Sabía que alguien entraría pronto a buscarla y que al encontrar la nota en la mesa se enojaría. Agarro una chaqueta gruesa y salió, el frio era muy fuerte en esos días aún más de lo que era normalmente.

 No había nadie en las calles, cosa que no era rara dada la magnitud del riesgo. Lilith no tenía mucho tiempo antes de que empezaran a salir personas para defenderse de los hostiles seres humanos que llegarían de otros pueblos y ciudades matando a todo aquel que estuviera vulnerable. El estruendo se escuchó de nuevo pero esta vez más fuerte, era un aviso de que Lilith tenía que apresurarse.

 Corrió lo más rápido que pudo, no vivía muy lejos de Fatima, pero cada segundo valía oro, llego y toco la puerta con tanta fuerza que Fatima salió al instante, Lilith le dijo:

 -Tenemos que irnos, en cualquier momento invadirán nuestro frio pueblo, tú no tienes otro lugar a donde ir así que vendrás conmigo.

 Fatima se veía un poco conmocionada y muy asustada aun así la siguió, mientras corrían Lilith se sintió aliviada porque aunque no podía salvar a todos los habitantes de su pueblo por lo menos había evitado una muerte más.

 Se metieron al auto donde las estaban esperando los familiares de Lilith que la miraron con desaprobación pero no le dijeron nada, cerraron la puerta y al arrancar se escuchó el primer disparo.