Salvate de Mi

capitulo 3

Alejandra Valverde

Como no reconocer esa voz despreciable e intolerante que murmura en mi oído ¿Acaso está loco este hombre?

Se quedó mudo al ver mi cara tan despreciable para él que solo logró acomodarse la corbata y escupir un poco más de su veneno

-Vaya te disfrazaron muy bien, casi podrías pasar como persona decente.

-Eres un patán insensato

-Y tu una trepadora muy sensata.- frunciendo su ceño

Su semblante era frío, arrogante, casi despectivo. Pero sus ojos tenían un brillo fascinante llenos de poder y dominación, sus gestos denotaban autoridad y mando. Los minutos transcurrían lentos, en mi mente las palabras del sr. De la Vega retumbaban “intentes comportarte algo sofisticada y cariñosa con su futuro esposo “eso me era imposible, primero porque no lo toleraba y segundo me mantiene a varios metros de distancia ¿Cómo podía tomarle la mano si no me dejaba acercarme?

La supuesta historia de amor que mostrábamos no era lo que los invitados esperaban. Deseaban ver al playboy rendido a los pies de quien sería su esposa. ¿Pero cómo lograría eso? “Que alguien me ayude” deseaba gritar como loca.

El “tal Andrés” seguía observándome, dondequiera que fuera me seguía intentando conectar con la mirada, haciéndome sentir menospreciada, su sonrisa sarcástica me aniquilaba. Intentaba ignorarlo y desafiarlo pero solo era una chiquilla jugando a ser fuerte, en cualquier momento podría desmoronarme.

De la Vega solicitó nuestra presencia en la mesa principal.

Andrés apresuro el paso ansiaba un lugar para sentarse lejos de mí, sin embargo, sus deseos quedaron sólo en eso, me cedieron la silla seguida a él. ¡Quién pensaría que esa noche la vida estaba a punto de jugar con las piezas adicionales del ajedrez!

Al ver que mi “novio” estaba distante de ser caballeroso y servicial, de pronto una mano firme retiró la silla, me siento con cuidado de no arrugar el vestido. Agradezco el detalle con una leve sonrisa, se sienta a mi lado y me mira.

-¡Vaya que suerte la mía! Soy Roberto Chico.- dice estirando la mano para saludar.- un honor estar sentado a su lado, señorita. ¿Usted es…?

Enmudecí al verlo de cerca, había cientos de hombres guapísimos en esa reunión, pero este chico tenía una energía perfecta y lucia impecable con ese traje color beige.

-¡Suerte!- Le respondió Andrés, su rostro había cambiado ahora dejaba ver un gesto iracundo.

 Roberto sonreí en mis adentros, mientras lo observaba en silencio parecía varonil de rostro cuadrado y barba tupida color azabache que hacia juego con su sedoso cabello.

- ¿Cómo dices que te llamas? –preguntó mientras mi vista se clavaban en sus ojos negros y unas hebras de cabello que se le habían desacomodado.

- Mi nombre es Alejandra… Alejandra Valverde.

-Alejandra, Ale.- acaricio su barbilla fingiendo tratar de reconocerme.- ¿Tengo la impresión que le conozco o quizá me equivoco?

De nuevo la voz de Andrés se hizo escuchar a pesar del bullicio.- Que trilladas esas líneas mí querido Roberto, busca nuevo repertorio.

 

Ahí estaba yo en medio de dos tipos completamente diferentes el resto de los comensales nos observaban detenidamente pareciera que éramos los dueños del show. Roberto abrió los ojos y dejo escapar una leve sonrisa, dio poca importancia y continúo hablando.

-No hagas caso Alejandra. Ese tipo no tiene educación, no se porque presiento que tú y yo seremos buenos amigos y estaremos juntos por mucho tiempo.- Carraspeé y sonreí apenada por mi conducta pero el continuo hablando y yo seguía hipnotizada.- aún no te conozco y ya me caes bien. Llámame loco, pero creo que en el fondo solo soy un tonto sentimental intentando hacer amigos.

 Sonreí por el cumplido necesitaba sentirme bien y sus palabras se escuchaban re confortables.

  La noche continúo con descortesías y desplantes de Andrés actuaba como un niño robándose las miradas de los presentes.

-De manera que usted estudio administración de empresas señorita Alejandra

- Así es.  Aunque no he logrado desempeñarme en ninguna empresa aun Don Roberto

- ¿Don Roberto?, niña cómo te atreves a llamarme así.

De pronto Andrés se puso de pie y golpeo la mesa con ambas manos, grito como si fuera un sargento frente a su batallón “No solo eres un imbécil, sino también actúas como un imbécil”  levanto sutilmente su copa fijando la mirada en Roberto.- no sabes lo que haces aventurero.- lo señalo con su dedo.

- Ella decidió primero éntrale al negocio redondo de las ventas y la administración de dinero. – dio un largo trago a su copa. Tomo mi mano apretándola con la suya.- Ella ahora es mi prometida, enterate Robertito. MI PRO- ME- TI – DA.

Al escuchar estas palabras Roberto bajó la mirada, suspirando, pero al cabo de unos segundos reacciono.- ¿Es verdad lo que dice?

 Afirmé con la cabeza y mi voz salió quebradiza. -¡Sí!

Andrés soltó mi mano mientras solicitaba otra copa.- Mi prometida es una oportunista, solo está pensando en generar dinero de modo que NO te dejes enredar por su dulce rostro o también hará negocio contigo.

-¡Mentira!- me levante de la silla encrespada.- Deje de fanfarronear.- gruñí.  “esto no estaba funcionando”.

-Dejemos ese tema de las finanzas.-balbuceó Roberto para quebrantar los ánimos que estaba a flor de piel, me propuso de nuevo tomar asiento.- para mí ha sido una verdadera suerte platicar con la prometida del playboy más cotizado, la verdad no creí que una mujer tan inteligente y bella como usted hubiese caído en la redes de este patán

-¡Patán!!. – dejo caer bruscamente la copa en la mesa salpicando un poco el mantel, con el ceño fruncido se levantó violentamente aventando la silla donde se encontraba sentado.-Te atreviste a llamarme patán en mi cara.

Andrés de la vega

No le di tiempo a decir nada lo tomé de la solapa y solo le dije: “Eres una basura” estaba a nada de soltar el primer golpe para arruinarle su estúpido rostro, cuando sentí que fui detenido



#9278 en Novela romántica

En el texto hay: amor, un secreto, chicomalo

Editado: 01.05.2024

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