Sam Blackwell y el Cementerio de Marionetas

5 - Las 4 figuras

-Creo que esta ventana funciona, la madera se ve floja- dijo Mike acercándose con su linterna para poder ver el interior de la casa. -Necesito ayuda-.

-Voy, yo te ayudo-le respondió Sam.

Lucy y Sarah también se acercaron a donde estaba Mike para iluminar mejor. Al parecer las tablas de madera ya habían sido forzadas, pero no lograron quitarlas del todo.

-Chicos, Sarah y yo acabamos de notar algo extraño…-dijo Lucy.

-Ahora no, Lu. Ayúdanos a arrancar estas tablas para poder entrar- le respondió Mike mientras Sam sostenía la linterna en dirección a la ventana y él pateaba con fuerza el marco de la ventana que sostenía las tablas.

-No vas a poder Mike- dijo Sarah. -¿No han notado que las tablas no están clavadas desde afuera, sino desde adentro?-continuó.

-Como si algo desde adentro no quiere que entremos…-insistió Lucy, ahora con la voz algo entrecortada, era palpable su miedo.

-Seguro esta fue la primera ventana que sellaron y lo hicieron desde adentro-respondió Sam, decidida a entrar sí o sí a la casa. -¿Van a ayudar o qué?.

-No hace falta- dijo Mike al mismo tiempo que la madera se quebraba y caía en pedazos hacia la casa. -Ya podemos entrar.-

-Bien, voy yo primero, sosténme el sombrero- dijo Sam, y colocó la linterna en el marco de la ventana para subirse de un brinco y entrar. -No lo piensen mucho y entren.-

-¿Recuérdanos por qué estamos haciendo esto?- le dijo Lucy, tratando de encontrar una explicación a tan extraña situación.

-Si no quieren venir, no lo hagan. Nos vemos mañana entonces, si es que seguimos vivos jajaja- dijo Mike con tono burlesco, tirando el sombrero hacia la ventana y brincando igual que Sam para seguirle el paso.

-Vamos Lucy, va a ser divertido, creo. -le dijo Sarah. -¿o prefieres quedarte acá sola? Nada malo nos va a pasar.-

-Uisshh, okay.- respondió de mala manera al mismo tiempo que comenzaba entrar por la ventana mientras Sarah la ayudaba para finalmente entrar ella y así el Club de lo Inexplorado comience su aventura en la residencia de los Jenkins.

-O las linternas no sirven para nada, o aquí está misteriosamente más oscuro que fuera- susurró Mike apenas estuvieron los cuatro dentro de la casa.

-Si, casi no se ve nada- respondió Lucy.

–Muévanse con cuidado, la madera del piso seguro va a sonar mucho, está bastante floja- aportó Sam cuando comenzó a caminar poco a poco por la sala de la casa.

-Y yo que me traje unas botas con suela grande, hubiera pensado en otro disfraz y no en Edward Manos de Tijera- susurró Sarah mientras trataba de iluminar el piso que tenía frente a ella.

Conforme pasaron los segundos, la visión de cada uno se fue adaptando a la oscuridad y poco a poco la casa fue revelando su estado actual. El escenario era el esperado por todos, estaba cubierta de polvo y telarañas prácticamente en cada centímetro de la misma. Las paredes tenían los tapizados rotos y con pedazos guindando, incluso habían líneas en las paredes que parecían rasguños, otros como cortes de algún tipo de cuchillo grande o espada, sumamente extraño. Además, ninguno sabía de dónde provenía pero había una neblina que ocultaba la madera podrida y crujiente del piso.

La ventana que les dio el acceso a la casa daba a la sala, así que lo que se encontraron fueron sillones con sábanas encima, rotas, y un montón de cajas con lo que parecían ser bolsas de comida y basura, los muebles estaban llenos de adornos viejos, muchos de cerámica ya quebrados, algunos cuadros de fotografías con los vidrios rotos y los rostros arañados, tachados, sin poder distinguirse ninguna persona, como si alguien hubiera querido que la historia detrás de esas fotografías no sea descubierta.

-Deberíamos apostar una barra de Reese 's para ver quién va a ser el primero en encontrar el cadáver de la bruja Jenkins- dijo Mike rompiendo el silencio que imperaba mientras caminaban por la sala mientras se acercaba a la escalera que llevaba al segundo piso.

-¿Vas a seguir con eso Mike?- le refutó Lucy, tomando un cuadro del mueble que tenía a su alcance. -Ojalá y te toque a tí encontrarla, por necio.-

-Hey, chicas, vengan a ver…- dijo Sam, que ya había abandonado la sala y se había dirijo a la cocina, frenando en el marco de una puerta que separaba ambas habitaciones, del lado derecho de las escaleras, que estaban ubicadas de manera central, dejando un pasillo hacia el fondo al lado izquierdo.

Sarah y Lucy se acercaron a donde Sam para observar junto a ella una mesa llena de cajas y cajas de productos alimenticios. Todo tipo de basura y envoltorios de comida con sobras podridas. Una sociedad de cucarachas, gusanos y dos ratas de mediano tamaño comiendo de sobras de comida también estaban presentes en la casa.

Además, la mayoría de puertas de los muebles de la cocina estaban abiertas o dañadas, algunas ya ni siquiera estaban atornilladas y yacían tiradas en el piso sucio y con restos de comida.

-No puede ser, ¡mira el tamaño de esa rata!- dijo Lucy con una cara de repudio como si el fétido olor a comida podrida hubiera entrado de golpe en su cuerpo al atravesar el marco de la puerta. -Me voy a vomitar…-

Las tres se quedaron en silencio varios segundos, apreciando tal escenario. Como si lo que estuvieran viendo fuera sacado de alguna película de terror o cine grotesco.




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