San Bernanrdo, Un Misterio DetrÁs De Los Amigos

CIENTIFICOS

El equipo de científicos llevaba a cabo su trabajo de manera silenciosa y eficiente mientras el ambiente dentro de la casa se tornaba agitado, triste y demasiado desalentador. Por mi parte, intentaba hacer memoria minuciosamente de todo lo que había ocurrido, pero sólo recordaba lo siguiente: Para empezar nuestro recorrido, tomamos la vía al mar hasta el kilómetro 18, pasamos derecho y descendimos aproximadamente dos kilómetros hasta la entrada de un pueblo llamado “Tacota”, atravesamos una destapada que apareció a unos seis kilómetros en la que sólo se veía la carretera ya que alrededor únicamente se podía ver monte y zonas boscosas. Seguimos conduciendo y después de varios minutos, pudimos percatarnos, gracias a unas tiendas que estaban por ahí, de que ya nos encontrábamos inmersos en Tacota, eran buenas noticias, pues todo indicaba que necesitábamos recorrer unos cuantos kilómetros más para al fin llegar a la finca en San Bernardo. Hasta ahí todo bien e interesante, realmente mis amigos y yo siempre habíamos sido personas de aventuras, nos gustaba lo arriesgado, lo poco tradicional y, sobre todo, lo que nos llevaba a momentos únicos.




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