Él, justo él, era el chico que había ido a la finca sin ser invitado y que había confundido con la pareja de Guillermo, él se encargaba de traficar con órganos y era él quien había degollado a Guillermo ese día. Para mi desgracia, justo en ese momento en que ambos se encontraron entré yo y alcancé a ver todo lo que sucedió, pude ver cuando él se marchó y Guillermo alcanzó a arrancarle un pedazo de su camiseta. Fue él, el mismo que se encargó de darme el encierro por un año, eso explicaba el por qué sólo quería interrogarme e incriminarme a mí, pues también me había visto observando toda la escena y por ende yo era el único que lo sabía todo. Y aunque mi mente había estado confusa por mucho tiempo, me di cuenta que siempre había sido él, nunca consumí ningún tipo de droga alucinógena, él mismo se encargó de mantener mi mente confusa, estuvo dándome medicamentos para desviarme del camino. Pero al fin lo había comprendido, por lo que llamé de inmediato a la policía y no tardaron en llegar a mi casa, luego de haberles contado todo, se habían dispuesto a realizar una investigación que resulto siendo vano sobre Godoy, pues tal parecía que se había escapado, el muy vivo había huido, alguien debió haberlo puesto sobre aviso. Para aquel entonces me encontraba inquieto, más nervioso que de costumbre, pues a pesar de que ya se había descubierto todo, me encontraba temiendo por mi vida, Godoy podía vengarse de mí de cualquier manera al enterarse que yo fui quien lo delató. Y aunque había durado mucho tiempo a la expectativa de que algo pudiese ocurrir, no fue hasta seis meses después en que aquel hombre se pronunció. ¡Te estoy vigilando! En ese momento lo entendí todo, todas esas veces en las que me asomaba por mi ventana y veía tras mis espejos a aquellas sombras que presentía tan cerca, estaba más que seguro de que siempre había sido él, de que era él. Con justa razón conocía mis movimientos, por lo que tuve que empezar a ser más cauteloso, incluso en mi propio hogar. Me encontraba caminando cuidadosamente y muy despacio hacia mi habitación, abrí la puerta y todo estaba en total silencio, la oscuridad cobijaba mi cuarto, sabía que algo iba a ocurrir… Estaba temblando descontroladamente y no se me ocurrió más que llamarlo. — ¿Investigador (…)? —No lo quise hacer, no pude evitarlo y contigo lo intenté, en serio que lo intenté, pero esto no funciona —Dijo mientras vi salir su silueta de entre la densa oscuridad. —Tienes que irte antes de que sea tarde — añadió y sentí unas cuantas lágrimas recorrer mis mejillas. — ¡CORRE! —Gritó y me dio un corto lapso para huir de casa. Al salir deprisa, entré por un callejón