Sangre ajena. Embarazada del rey

Capítulo 43. Las amenazas de Grez

Capítulo 43. Las amenazas de Grez

Vinieron dos guerreros oscuros y altos, y directamente desde la cocina la llevaron ante su amo. Le vendaron los ojos y la introdujeron en un despacho sombrío, donde olía a humo y, a María, le pareció, a hierro oxidado. El propio Señor Grez estaba sentado tras una mesa tosca, en un sillón ancho e incómodo. A su alrededor se mecían sombras en mechones negros, y daba la impresión de que todo el sillón ardía con fuego oscuro o despedía humo.

Cuando los guardias salieron, el Señor Grez preguntó con voz imponente:

—Dicen que estás embarazada. ¿Es cierto? —una nube de humo en su rostro se agitó, y unos ojos negros y penetrantes asomaron bajo el ceño, clavando a María contra el suelo de piedra.

María guardó silencio. No sabía qué decir: ¿admitirlo o fingir estar enferma? Por otra parte, aquí seguramente podían detectar al instante, por medios mágicos, si estaba encinta. ¡Si hasta la cocinera lo había notado de inmediato!

—Las embarazadas nos resultan útiles —dijo, mostrando una sonrisa feroz, el Señor de las Sombras—. Las enviamos al Mago Negro. Él realiza experimentos con ellas. Busca aquel poder que le permita destruir de una vez por todas el reino enemigo en la superficie. Y además… —se inclinó más cerca— posee la habilidad de extraer fuerza… incluso de los no nacidos.

María se aterrorizó y se aferró al vientre, como queriendo proteger a su criatura aún por nacer.

—¡No se atrevan! ¡Por favor, no lo hagan! —gritó desesperada.

—¿Que no me atreva? —rió él, y las sombras se agitaron al compás de su risa—. Eres una esclava, mercancía, un objeto que me pertenece. Puedo ponerlo en un estante y dejar que acumule polvo, puedo romperlo, o puedo ver qué hay en su interior…

El miedo de María se intensificó aún más.

—Pero te recuerdo. ¡Esa marca negra! Por asuntos olvidé preguntar a mis consejeros qué significa. Porque que significa algo, de eso no tengo dudas. Estoy acostumbrado a fiarme de mi intuición. Vuelve a la cocina, pero ten presente que recuerdo quién eres: tu marca de nacimiento y tu embarazo. El potencial mágico no puede determinarse ahora, pero si la criatura no sobrevive… entonces podré hacerlo. Tal vez, en efecto, los Magos Negros me ayuden… Por ahora me marcho por una semana, pero cuando regrese, me ocuparé de ti. ¡Fuera de mi vista!

Los guardias devolvieron a María a la cocina.

Pero la joven regresó distinta. El miedo la envolvía por dentro como una ola negra.

¡Dios mío, qué hacer! Si se quedaba allí, su hijo no sobreviviría. Y ella también moriría. De miedo, de dolor o a manos del Mago Negro. ¡Debía escapar! Aunque aún no sabía cómo huir con el brazalete mágico en la muñeca. ¡Tenía que averiguarlo cuanto antes!

Pero… todavía no sabía nada acerca del rey Ridan...



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En el texto hay: fantasia, embarazada, rey cruel

Editado: 05.09.2025

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