Sangre de Alpha.

Capítulo 5.

Estela habría sido una gran enfermera a las afueras de este lugar, su sueño era ayudar a quienes más lo necesitaban. Pero tras su rapto por las bestias, había perdido las esperanzas de seguir su sueño, hasta que se dio cuenta que aquí la necesitaban igual, o incluso más que allá afuera. Dijo que la bala no había hecho daños severos pero, al no tener el suficiente material, una infección no estaba descartada, mucho menos con la ausencia de una venda para cubrirla. Utilizo la mitad de una gasa y la adhirió a mi piel con un trozo de cinta adhesiva. Después la señora Clifford llego por mí.

-La noche fue horrible –comenzó a hablar cuando cruzábamos la casa de Estela-. Los gritos de las personas me recordaban a esa noche –suspiro-. Los gruñidos de aquellas bestias no podían opacarlos por completo.

-¿Usted las vio? –pregunte, tenía mucha curiosidad de saber como eran.

Salimos del lugar al mismo tiempo en que un par de personas ingresaban a otra con heridas muy graves, me distraje un momento observándolas, cuando regrese la mirada a fuera ahogue un grito. Me tape la boca con una mano horrorizada por lo que veía. Las paredes y el piso estaban llenos de sangre, las mujeres y algunas niñas trataban de quitarlas con trapos mojados. También había personas llorando frente a lo poco que quedaba de sus familiares. Era una escena terrorífica, peor que cualquier película de terror.

Seguí caminando junto a la señora Clifford apresurando el paso y no pude evitar notar que muchas personas al verme pasar susurraban cosas y apartaban la mirada, fue entonces que un hombre se acercó hasta nosotras.

-Estela nos ha contado sobre tu discusión con Benjamín –hablo dirigiéndose a mí-. Y me pongo a tu disposición, estoy harto de vivir aquí así, no quiero esta vida para mis hijos.

-No solo él –otro joven se acercó hasta nosotros-. Yo también.

-Y yo –les siguió un tercer joven-. No quiero vivir aquí por siempre.

Sonreí al escucharlos, y aunque no sabía qué hacer, ni como pensar en algo, me sentía apoyada y con más ganas de salir de aquí, encontrar a Emma y buscar a nuestro padre. Ahora sabía que no estaba sola.

-Nessa –la señora Clifford llamó mi atención-. Todos aquí estamos contigo.

Gire a verla y vi a más personas a nuestro alrededor, hombres y mujeres asintieron a lo que ella decía. Los impulsos de adrenalina me dieron el valor para hablar.

-Sabemos que no será fácil –comencé con lo obvio- por eso necesito saber todo lo que sepan de los Hombres Lobo, en especial de los Dugés.

Poco a poco más personas se iban acercando, entre ellas logré ver a Estela con su ropa manchada de sangre, pero con una gran sonrisa en el rostro.

-Las personas mayores son las que más saben, son pocas, pero seguro querrán ayudarnos.

El sonido de una puerta siendo cerrada con fuerza llamo la atención de todos, Benjamín estaba parado frente a la puerta de su casa observándonos con el ceño fruncido. Estaba molesto y no entendía bien el porqué.

-¿Le van a seguir el juego? –hablo con brusquedad dirigiéndose a todos nosotros-. ¿Van a poner en riesgo sus vidas?-

-Sí –contesto uno-. La vimos cuando Cyrone bajo, ella corrió a defender a su hermana.

-Y le dispararon –contraataco Benjamín.

-Al menos hizo algo –hablo la señora Clifford sorprendiéndome-. Esta "niña" –dijo haciendo comillas en el aire con sus dedos-. Como tú la llamas, es apenas dos años menor que tú, pero tiene mucho más pantalones.

Todos apoyaron a la señora Clifford en un bullicio, pero yo no dije nada. Dentro de mi sabía que necesitaríamos la ayuda de todos incluyendo a Benjamín, pero no entendía por qué no quería hacer nada, ni apoyarnos, ni luchar.

-Te necesitamos Benjamín –hable y todos guardaron silencio.

No contesto, me miró fijamente y pude ver el enojo crecer en su mirada, y algo quedo muy claro, no contábamos con él.

...

-El Alpha es el fuerte de la manada –el hombre frente a mi tenía la mirada clavada en el piso mientras hablaba. No fue fácil convencerlo de hablar pero Román, el joven con el que vive, lo convenció con la promesa de que lo sacaría de aquí-. Es a él a quien tienen que derrotar.

-Balas de plata –dijo uno de los presentes-. Con eso lo lograremos, Nessa mato a uno de sus súbditos con un clavo, con una bala será más fácil.

Sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo, esa parte la había querido olvidar. Actué por inercia, y ver a aquel hombre morir no era parte del plan.

-¿Y de dónde sacaremos esas balas, eh? Además ese hombre no era nada –intervino Román-. Su sangre era roja, la del Alpha es negra por...

-Consumir carne humana –termine su frase en un susurro-. ¿Eso los hace más fuertes?

El dueño de la casa asintió con la cabeza. Regreso su mirada hacia mí y después de unos segundos volvió a hablar.

-No eres la primera en intentar esto –dijo con la mirada clavada en mí-. Algunos estuvieron cerca de lograrlo, otros tercos ni siquiera pudieron acercarse al objetivo.

-Le aseguro que no seré la última si no lo logramos –conteste, este juego del "tú no puedes" estaba comenzando a cansarme.

-Lo sé –suspiro-. Todos los Alpha tienen una debilidad muy grande.

-¿Cuál? –pregunte con un poco de desesperación, eso había dado algo más de esperanza.

-Su mate.

-¿Su mate? –interrogue más confundida que antes-. ¿De qué habla?

-Compañeros de vida eternos –contesto Román- son su otra mitad, están destinados a estar juntos para toda la vida. Si su mate muere, derrotarlos será más fácil ¿no es así abuelo?

-Si Cyrone tiene un mate debe vivir con él –contesto el mismo hombre que había propuesto usar balas de plata-. Debemos terminar con ¿él o ella?

-Dime Nessa –me miró fijamente a los ojos-. ¿Qué estas dispuesta a hacer por tu hermana?

-Todo –conteste de inmediato sin dudarlo-. Por Emma daría mi vida.




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