-¿Roultzer Marín? –repetí incrédula.
-Vivía aquí cuando era niño, solía cuidarme mientras me contaba historias antiguas sobre nosotros –su mirada se perdió entre las líneas del libro mientras hablaba-. Él es la razón por la que mi padre me saco de este lugar, y se lo agradezco.
Podía tratarse de cualquier otra persona, podría ser simplemente una coincidencia, pero el temblor en mi cuerpo y la presión sobre mi pecho me hacían creer que en verdad hablaba de la misma persona que conocí.
-Roultzer también está en contra de lo que mi padre hace –siguió hablando.
-¿Está? –volví a repetir-. ¿Está aquí? –respire con más tranquilidad al tener una pequeña esperanza de que el nombre si fuera una simple coincidencia.
-No precisamente –seguía sin apartar la vista del libro mientras mi respiración se volvía a alterar-. Te dije que esta casa es un laberinto, ¿recuerdas? –Asentí como respuesta-. Cuando regrese, lo primero que hice fue preguntar por él y me recibieron con la noticia de que estaba perdido dentro de este lugar. No es el primero. Tampoco me sorprendería que mi padre haya tenido algo que ver con eso.
No podía dudarlo un segundo más. Si el señor Marín se perdió dentro de este lugar tuvo que haber encontrado como salir del mismo. Si el señor Marín salió de este lugar Emma también podría hacerlo. Si el señor Marín salió de este lugar ¿Por qué se quedó tan cerca?
-¿Hay alguna manera de salir de este lugar sin ser visto? –seguí preguntando, quería más información, alguna pista que me dijera como encontrar a Emma.
-¿Quieres escapar?
La voz de Arion había sido seria, estaba arrugando las hojas del libro con su mano haciéndola puño. Era difícil de notar, pero su respiración también se había alterado. ¿Qué se supone que respondía yo a eso? La única razón por la que no lo he intentado es Emma. ¿Escapar? ¡Por supuesto! ¿Quién querría estar aquí? ¿Quién querría ser la comida de esas bestias? Pero no podía decirlo, era algo más que me tenía que callar.
-¿Quieres escapar, Nessa? –repitió.
-No lo sé –respondí sin pensar.
-¿No lo sabes? –El tono de su voz era cada vez más fuerte-. ¿Qué quieres decir con que no lo sabes?
-No es fácil estar aquí ¿sabes? –Trataba de tranquilizarlo, mi última respuesta había sido una tontería-. Atacaron mi hogar, vi morir a mi madre fui secuestrada y me separaron de la única familia que tengo. ¡Me dispararon! Y ahora soy tu esclava.
Explote gritando lo último sin intentar contenerme, no podía estar más perdida.
-Un compañero de vida no es un esclavo Nessa –Arion parecía ser sincero-. No eres eso para mí, quien sea que te lo haya dicho está muy equivocado. Por eso te pedí que vinieras aquí conmigo –se acercó a mí con el libro abierto-. Aquí dice que nuestro vínculo va más allá de la reproducción, va más allá de una simple leyenda.
No mentía, el libro en verdad decía eso. También decía que yo complementaba su fuerza y que juntos éramos invencibles. Pero no decía nada sobre un vínculo falso, un sentimiento inexistente.
Suspire profundo, tenía que tomar una decisión, seguir con esta farsa o dar todo de mi para encontrar a Emma y salvar a todos. No podía seguir en medio, y así como antes, la decisión estaba frente a mí y yo no dudaría en tomarla.
-Creo que necesitamos encontrar a Roultzer Marín –lo mire a los ojos-. Creo que podremos con esto y saldremos de aquí.
-Juntos lo lograremos –sonrió.
-Eso espero –le regrese la sonrisa-. Ahora dime todo lo que tengo que saber.
-Todo está aquí –señalo el libro.
Y fue bastante tiempo el que pasamos leyendo aquel libro descubriendo cosas impresionantes sobre ellos. Desde su transformación cada luna llena hasta sus habilidades, su fuerza sobrehumana, su rapidez impresionante y su increíble sentido del olfato. La habilidad de regenerar los tejidos de piel dañados, su debilidad ante la plata y la razón del como la usan contra los traidores y enemigos. Arion estaba comprometido con esto, su mayor deseo era liberar a su manada de esa maldición que convierte el color rojo de su sangre en un color tan oscuro como la noche.
-Son mucho más fuertes que yo Nessa –siguió hablando-. Pierden el sentido cuando se transforman, muchos han llegado a matar a su familia.
-¿Y tú? –pregunte curiosa.
-Ya te lo dije, mi sangre es roja –respondió lo obvio.
-¿Cómo eres tu cuando te transformas?
-Hace tanto tiempo que no lo hago que ya no lo recuerdo –su voz era melancólica aunque quisiera ocultarlo.
-Creí que te sucedía cada luna llena –mi curiosidad crecía cada vez más.
-Roultzer era amigo íntimo de una poderosa bruja –justo las mismas palabras que dijo cuándo me mostro el frasco que aun guardo en mis jeans-. Ella le entrego un extraño brebaje que me impediría transformarme, Marín me lo dio a sabiendas que yo haría todo lo que él me dijera. Por eso mi padre me saco de aquí, no le servía para nada.
No era una coincidencia el nombre, no era una coincidencia el brebaje y tampoco es una coincidencia que ambos hiciéramos lo que el señor Marín nos dijo. Hay algo más en todo esto y él tendrá que responder. Lo difícil seria llegar hasta su casa sin Arion.
-Arion creo saber dónde puede estar la espada de Roultzer –espere en el fondo que mi plan funcionara.
-¿Dónde? –pregunto.
-En las casas de allá abajo –trate de sonar segura-. Solo necesito ir y...
-Iré contigo –me interrumpió.
-No, no puedes –me apresure a decir, y antes de que siguiera hablando continúe-. Te conocen, te atacaran enseguida.
-No tienen como hacerlo –sí, lo tenían, pero él no tiene por qué saberlo.
-Confía en mí, regresare.
Convencerlo no fue fácil, salir del corazón de Nowearland menos, pero lo más difícil fue regresar, ignorar a todos decididamente mientras a paso seguro me dirigía a mi único objetivo en ese momento. Lo difícil fue no acobardarme mientras abría la puerta con fuerza. Lo fácil fue verlo a la cara y poder apreciar su expresión de sorpresa y decir.