El tiempo se detuvo a mí alrededor, las cosas dentro de mi cabeza tomaron un poco más de sentido. Benjamín tenía tanto que ver con los Dúges como Marín, por eso no quería que regresara. No pude evitar pensar que no era más que un cómplice de Marín. ¿Pero por qué? ¿Cómo es que ambos salieron de ahí?
Me detuve y espere a que Arion llegara hasta donde yo estaba, pero no fue a mí a quien veía, sino al chico que también había detenido su paso metros atrás. La tensión era palpable, ninguno de los dos esperaba verse, aunque Benjamín seguramente sabía que pasaría.
-¿Lo conoces? -pregunte lo obvio, pero quería saber más, quería saberlo todo y esperaba que fuera Arion quien me lo dijera.
-Sí. –Arion no podía despegar la vista de él, y al girar note que Benjamín tampoco.
-Vete de aquí, Arion. –grito Benjamín desde donde estaba-. Y deja a Nessa tranquila.
Arion no dijo nada, simplemente soltó las riendas del carruaje y muy despacio bajo de el. No podía descifrar su reacción, estaba bastante normal a como lo conocía, no estaba sorprendido, mucho menos enojado.
-¿Te conoce? -pregunto una vez que estuvo frente a mí dándole la espalda a Benjamín.
-Su madre nos dio asilo cuando nos trajeron aquí. –Sentía que tenía que darle explicaciones a Arion, pero sabía muy bien que no había ninguna razón para hacerlo-. Es mi amigo. –añadí, y al instante me arrepentí.
-Da la cara, Hill. –Arion lo miro sobre su hombro-. Y dímelo de frente.
Pude escuchar los pasos de Benjamín acercándose, esto no terminaría bien. Arion estaba solo y la gente podía aprovecharse de eso, no podía permitirlo. Él era mi única opción para encontrar a Emma, y nuestra llave para derrotar a Cyrone y salir de aquí.
-Arion. –no era difícil notar que su humor estaba cambiando-. Vámonos, no eres bien recibido por aquí. –suplique.
-Temes por mi ¿o por él? –estaba cada vez más molesto, podía notarlo.
Sentía a Benjamín más cerca. La pregunta de Arion había salido de lo más profundo de él, como todas las cosas que decimos cuando estamos enojados. No podía olvidar que teníamos un vínculo, que por más falso que fuera, nos unía.
-Temo por ti –no sabía si había mentido, no sabía si era verdad.
Algo en su rostro cambio. Me señalo la carroza y me ayudo a subir antes de que él lo hiciera.
-No te atrevas a irte Nessa –volvió a gritar Benjamín acelerando su paso-. Ella no te corresponde Arion, nunca lo hará.
-Tenemos un asunto pendiente Hill –Arion hizo que los caballos giraran el carruaje-. Regresaré.
Los caballos comenzaron el camino con rapidez, sentía la necesidad de voltear a ver a Benjamín y no pude evitar hacerlo. Corría detrás de nosotros como la primera vez que subí a este carruaje, pero ahora era yo quien lo estaba traicionando. Un poco más adelante se detuvo, y en ese momento me di cuenta que no esperaba que lo hiciera.
-¿Por qué viniste? –pregunte a Arion antes de llegar a la entrada del palacio de su padre.
-Cyrone dejo de olerte –respondió-. Si no salía de ahí, él vendría.
Recordé cuando le había dicho que mi olor tenía que haber cambiado y que eso me delataba a que era una impostora de su mate. ¿Habría afectado que no bebiera el brebaje completo? ¿Tendría que hacerlo? Con disimulo pase la palma de mi mano sobre la bolsa de mis jeans y con sorpresa note que aquel pequeño frasco no estaba.
De manera inconsciente encorve mi postura tratando de recordar donde la había perdido, la había traído conmigo desde que bebí la mitad hasta ahora. Y como si de una película se tratara, en mi mente aparecieron las imágenes de mi forcejeo con Benjamín cuando logro encerrarme en el cuarto de Román dentro de la casa de Marín. Él debió haberlo sacado, no había duda.
Nuevamente, la idea de contarle la verdad a Arion invadió mis pensamientos. Ahora que sabía que no podía confiar en Marín, tenía muchas más dudas sobre aquel brebaje. Arion no podía transformarse después de que el también bebió uno ¿Cuáles podrían ser las consecuencias del que yo bebí?
-Han traído lo necesario para revisar tu herida –siguió hablando una vez que cruzamos la entrada al palacio-. Después de eso, creo que te gustaría tomar un baño.
-Suena bien. –no pude evitar notar la incomodidad con la de Arion hablaba. Estaba preocupado, pero intentaba ocultarlo-. ¿Está todo bien?
-Nada está bien, Nessa. –suspiro-. No dejes que su familia te engañe, ni su falsa protección, él era un súbdito de Cyrone.
-¿Roultzer? –Estaba confundida, él no tenía familia-. Román no es su verdadero nieto.
-No hablo de él, sino de Benjamín Hill.
-¿Qué? -Mi cuerpo comenzó a temblar, mis ojos se llenaron de lágrimas.
-Nessa, él era muy apegado a mi padre. Hacía todo para complacerlo, no dudaría en que también tiene la sangre oscura. –Deteniendo el carruaje agrego-. No sé qué es lo que está tramando, pero no creo que sea nada bueno.
Aparte la mirada de Arion, no quería que notara que lo que había dicho me afectaba. ¿Era un súbdito? ¿Era de sangre negra? ¿Se transformaba? ¿También era un licántropo? Y lo más importante ¿De qué lado esta?