Sangre de Alpha.

Capítulo 27.

Benjamín leía con mucha atención el diario de Hespper Clagg, el sol ya había salido y la gente comenzaba a especular del por qué estaba aquí, con él. El lugar era realmente incomodo, no había un lugar donde sentarse, mucho menos donde dormir. Igual al lugar donde encontramos a Emma.

—¿Dónde lo encontraste? –dijo una vez que llego al final del diario.

—En el palacio –conteste.

—Hespper era la pareja de Marín –siguió mientras volvía a pasar las hojas del diario-. No su pareja eterna, pero al fin su pareja –inmediatamente mi mente comparo aquella situación con la que había vivido con Arion-. Ella era una bruja muy talentosa y muy amiga de la madre de Arion –hizo una pausa esperando mi reacción ante aquella mención-. En ese entonces yo era muy pequeño, mi madre y yo vivíamos en el palacio, así que me tocó ver todo lo que sucedió después.

—¿Qué sucedió? –pregunte en un susurro.

—Tengo mucha hambre, sabes –sonrió-. No me caería mal algo de comida.

Lo mire fijamente durante unos segundos entendiendo que su ayuda no sería gratis. Indique a los guardias que necesitaba algo de comida para él, y aunque al principio se negaron, accedieron a traer un poco de pan y una taza de té.

—¿Cómo es? –pregunto mientras devoraba el pan. Lo mire confundida-. La transformación de Arion.

Me quede callada. No iba a hablar sobre eso.

—La madre de Arion era una mujer loba, la última en su especie –soltó de pronto.

—¿Una mujer loba? –pregunte extrañada.

—Es difícil que una mujer logre transformarse, pero quienes lo logran son realmente fuertes y muy peligrosas –mordió el pan-. Ariena fue una líder noble y caritativa cuando se unió a Cyrone, todo lo contrario a él. Se pertenecían el uno al otro, y de ese amor nació Arion.

—¿Qué paso con ella? –seguí preguntando.

—Cuando la madre de Arion supo que estaba embarazada corto todo tipo de contacto con Cyrone –le dio un último sorbo a la taza de té-. Sabes a lo que me refiero.

—No realmente –susurre.

—Marín estaba celoso de aquel amor que ellos se tenían y aprovecho el tiempo en el que Ariena se  había alejado de Cyrone  y de las “necesidades” –hizo comillas en el aire con sus dedos-. Que él decía tener para entrometerse entre ellos.

—¿Hespper? –ya entendía a donde iba toda esta historia.

—Entre sus sabanas, Hespper le ofreció poder e inmunidad ante sus enemigos –hizo una pequeña pausa-. Solo tenía que hacer un pequeño sacrificio. Cyrone, cegado por el poder, acepto. Dos meses después del nacimiento de Arion, Cyrone se encerró en el palacio con Ariena, ordeno que nadie los molestara, que tenían un asunto urgente que tratar. Fue mi madre quién cuido del pequeño bebé durante una semana entera hasta que las puertas del palacio por fin se abrieron. Cyrone se mostró como un mártir frente a todos anunciando la muerte de Ariena. En ese momento no entendía por qué su sangre había cambiado de color, hasta que poco a poco fue orillándonos a hacer lo mismo.

》Los muros que rodean Nowearland se construyeron principalmente para ocultarnos, después fue para protegernos, por último es para que ustedes no escapen. Encerrado en este lugar, Cyrone crio a su hijo a su semejanza durante varios años, pero era Marín quien lo persuadía. Había triunfado, Cyrone estaba solo y su único descendiente no seguiría sus pasos, hasta paso algo inesperado para Marín. Una noche de luna roja Cyrone pidió que Hespper lo visitara en su habitación, Marín estaba molesto, él se había encaprichado con ella y no podía permitirlo. Al día siguiente Arion partió de aquí y Marín desapareció al igual que Hespper Clagg. Los siguientes años fueron muy duros para nosotros, en especial para mi madre. Eran pocos los humanos que sobrevivían y eran los mismos que eran sacrificados por Cyrone, para él y para sus súbditos. Después saqué a mi madre de ese lugar, pero no pudimos salir de aquí al igual que Marín.

La historia de este lugar era cada vez más inquietante, no entendía como el poder podía cegar a las personas de una manera tan horrible. La infancia de Arion fue dura lejos de su madre y cerca de Cyrone, pero la infancia de Benjamín había sido mucho peor. 

—Olvidaste una parte –hablé cuando noté que ya no diría nada.

—¿Qué parte?

—¿Cómo fue que tu sangre cambio de color? –pregunte.

—Esa respuesta ya la sabes –me dio la espalda.

Era obvio que no quería hablar de eso, y ahora podía entender un poco el porqué. Había juzgado mal a Benjamín, pero su forma de actuar y hacer las cosas tampoco habían ayudado.

—El punto es que Cyrone tiene miedo –dijo de pronto.

—¿Miedo?

—Nessa –giro a verme nuevamente-. La fuerza de Arion supera por mucho a la de Cyrone, a eso le teme. Y su hijo está dispuesto a acabar con él.

—Por eso quiere controlarlo –suspire-. Román dice que pronto habrá Luna roja.

—Arion no consumirá carne humana por sí solo, bajo el mando de Cyrone hará cualquier cosa.

—Tendremos que luchar contra Cyrone antes de que eso pasé –sentencie.

—Imposible –se rio-. A estas alturas la sangre de Arion ya debe ser negra.

—¿Y entonces que nos queda? –Eleve la voz-. No podemos quedarnos aquí a esperar a que bajen y nos maten a todos.

Benjamín no tuvo oportunidad de contestar, fuera de la celda, la gente comenzó a gritar cosas que no podía entender. Salí de ahí antes de que el guardia se fuera y corrí lo más rápido que pude hasta la casa de Román.

—¿Qué está pasando? –le pregunte al verlo apresurado con tablas y lo que parecía ser un martillo.

—Son ellos, vienen para acá –contesto y siguió su camino.

Nadie pudo proteger por completo a su familia, lo único que pudieron hacer fue encerrarse dentro de sus casas esperando que la puerta de madera los protegiera. El carruaje del palacio estaba frente a nosotros, Román cerró la puerta con rapidez y lo ayude a colocar un sillón para que no pudieran abrir.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.