Sangre de Alpha.

Capítulo 35.

—¿Benjamín es el padre de Nessa?

La pregunta de Arion podría considerarla como la primera en mi lista luego de escuchar al viejo Marín, pero no estaba segura de querer escuchar la respuesta. Observe a Benjamín y luego a Marín esperando que alguno de los dos respondiera, pero por el tiempo que había pasado, era obvio que ninguno de los dos quería hacerlo.

—¡Responde! –grito Arion sin dirigirse a alguno en especial.

—No –contesto Benjamín-. Nessa no es mi hija, pero sí de mi pareja eterna.

—¿Qué? –logre decir tan alto como pude, escuchar eso me había dejado atónita-. ¿De que estas hablando? Salma es el nombre de mi abuela ella...-

—Nessa, escúchame –Benjamín trato de acercarse a mí pero Arion se lo impidió deteniendo su paso-. Te explicaré todo en cuanto salgamos de aquí.

—La única forma en que ambos salgan de aquí será porqué estén muertos –el tono frio en la voz de Arion me helo la piel, parecía muy enserio lo que decía-. Ella viene conmigo, y tú –señalo a Benjamín-. Tienes dos opciones, seguirme o morir.

¿Es que acaso yo no tenía opciones? ¿Mi futuro ya estaba decidido? Elegir un bando, arriesgarse a beber brebajes, decidir quedarse o no solo fueron trampas de estas bestias para seguir jugando con nosotros. Nunca hubo otras opciones, nunca tuvimos oportunidad, siempre fueron ellos. Y solo ellos serán.

—No, Arion –lo enfrente-. No puedes decidir por mí.

—Claro que puedo –sonrió-. Desde el momento en que decidiste beber ese brebaje y usurpar ese lugar –me señalo-. No tienes opción.

—No soy un esclavo, recuérdalo –mi voz comenzaba a quebrarse-. Este vínculo va más allá de una simple leyenda –recordé las palabras que me había dicho cuando me mostro la biblioteca del palacio, cuando me brindo toda su confianza y me mostro que era diferente a su padre.

—No seas estúpida, Nessa –elevo la voz-. Ese vínculo no existe entre nosotros.

Arion no podía entenderlo, ese vínculo no era falso, era real. No era mutuo, pero en mí, ese vínculo se hizo verdadero al conocerlo mejor. Y, por un momento, creí que dentro de él también podría haberse convertido.

—¿Entonces porque querrías llevarme contigo? –Cuestione al borde de las lágrimas-. No soy nada para ti, solo soy una humana –decir eso en voz alta me dolía demasiado, pero, por más que me costase aceptarlo, era la verdad.

—Ya basta Arion, este no eres tu –interrumpió Benjamín antes de que Arion respondiera-. Esto es lo que tu padre buscaba y de lo que tanto temías convertirte. Entiéndelo de una vez.

—¡Esto es lo que siempre fui! –Grito Arion.

—¡Por favor Arion, escúchate! –Benjamín comenzaba a elevar la voz-. Déjame ayudarte, te ayudaré a controlar tu fuerza y tus mejorados instintos.

Esa idea ya habia cruzado mi cabeza, pero que Benjamín la dijera me daba más esperanzas de que el Arion del que me enamore, regresara.

—No lo escuches, Arion –esta vez Marín intervino-. Recuerda que ellos son los traidores, al menos tu padre siempre ha sido honesto con lo que quiere de ti.

—No te metas en esto –Benjamín parecía molesto con Marín-. ¿No te parece que ya has hecho bastante?

—Lo siento si esto no te beneficia, pero a mi si –sonrió-. Piénsalo Benjamín, con Arion en menos de un año todas las manadas del país se arrodillaran ante nosotros –se escuchaba convencido-. Y en dos más, el mundo entero sabrá de nosotros. No habrá quien nos detenga.

—¿Por qué hablas en plural? –Se burló Benjamín-. ¿Enserio crees que Cyrone compartirá este triunfo contigo? Ya te dio la espalda una vez.

—Esta vez todo será diferente, te lo aseguro –Marín saco una pistola plateada del bolsillo trasero de su pantalón-. Seré su única esperanza.

¿Qué pretendía con eso? El tono brillante del arma ponía en duda el material del que estaba hecha. Marín no era un tonto, nos había engañado a todos y no podía salirse con la suya. 
La noche comenzaba a parecer eterna, pero poco a poco, entre una acalorada discusión, los rayos de luz comenzaban a iluminar el cielo. Tal vez nuestro plan había fallado, pero el de Cyrone y sus súbditos también. Solo hacía falta un poco de tiempo para que nos encontraran.

—¿Esperanza? –Pensé, en voz alta logrando que todos fijaran su vista en mí-. Usted no es más que un traidor. Ni siquiera en fiel a usted mismo.

—No somos tan diferentes, Nessa –la voz de Marín me llenaba cada vez mas de odio hacia él-. Ambos hemos hecho cosas para nuestra conveniencia.

—No tienen nada en común, ella no lo hizo por conveniencia propia–me defendió Benjamín-. Ni les dio la espalda a las personas que confiaban en ella.

—Yo también confié en ella, y a mí sí me traiciono.

—No tenía opción –solloce ante las palabras de Arion-. Mi hermana estaba en peligro, no consideré las consecuencias.

Lo vi negar con la cabeza mientras una sonrisa se formaba en su rostro. Esta vez no era burlona, ni de superioridad, más bien parecía de dolor.

—Marín, ve por mi padre, nos veremos en el punto acordado –ordeno Arion.

—¿Cómo puedes confiar en él? –explote-. Los traicionará como lo ha hecho antes.

—Esconderme no es traición, niñita –se burló Marín.

—Y planear la separación de Ariena y Cyrone ¿no lo es? –solté de pronto.

—¡Cállate! –Camino rápidamente hasta mí-. No sabes de lo que estás hablando.

—¿Hiciste eso, Marín? –Arion se posiciono a un lado mío-. ¡Responde!

—Claro que no, esta estúpida lo está inventando –su rostro indicaba que cada vez estaba más molesto.

—Nessa no está inventando nada –Benjamín no quitaba la vista del arma que empuñaba Marín-. Tú y esa bruja lo planearon, pero les salió mal.

—¡Marín! –Arion estaba perdiendo la paciencia. Giré mi rostro para verlo, temiendo que fuera a transformarse estando tan cerca de mí.

Un incómodo silencio se vio interrumpido por el sonido de un arma al ser disparada. Me cubrí la cabeza y me lance al suelo al no saber a quién trataban de atacar. Un segundo disparo resonó en el lugar antes de que el sonido del primero terminara.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.