Sangre de Hierro - Las puertas del olvido

Capítulo VI – El Protocolo 53 de Jonas

 

  Por primera vez en mi vida corría tras alguien mirando sus espaldas. Corría y estiraba una de mis manos como algo difícil de alcanzar. La figura de Catherine se aleja de mí. Se aleja, como la esperanza de recuperarla.

   La vida o mis propias decisiones, me han alejado de aquellos que amo o amé. He tomado distancia de mis padres, de sus últimos días en este mundo y de las personas importantes que me han rodeado en cada etapa de mi vida. Lo dejé todo por seguir mi propio camino, pero esta vez no dejaré que el destino me aleje de ella. No, a menos que yo se lo permita.

   Con varios tropiezos aprendí a crear mi propio sendero. Un sendero que nadie había transitado antes. Me formé en la Universidad sosteniéndome con empleos temporales ahorrando en comidas y vestimenta. Mi objetivo: graduarme. Cuando lo hice, me di cuenta que el conocimiento logrado tenía sabor a poco.

   Como Ingeniero en Informática no abarcaban todo el campo de conocimientos que necesitaba para realizar mi sueño. Abandoné los empleos temporales, me interné en los laboratorios de la Universidad y como autodidacta avancé en mi primer proyecto. Seguí asistiendo a diferentes clases como oyente: Diseño Industrial, Psicología, Ciencias de la Salud y Artes visuales. Confieso que algunas noches dormí en la calle y he robado comida por hambre, pero cuando concluí mi primer proyecto, con ayuda de un Fondo para Emprendedores Jóvenes, lancé el primer Dispositivo Vital Ocular del mundo.

   El D.V.O. era un sistema de control de signos vitales con asistencia remota reducido a un simple lente de contacto. Esto me abrió las puertas a personas muy influyentes y acceso a contratos de aplicaciones militares con grandes potencias mundiales.

Como lo dije antes, transité un sendero inhóspito. Pasé de dormir en un frío banco de plaza a disponer de Instalaciones de alta tecnología. De no comer, a cenar en el Restaurant Michelin que quisiera con tan solo subirme a mi Jet Privado. Pero como dicen, nada es gratis en la vida y pasé de tener un puñado de amigos y familiares a no tener ninguno.

   Formé un primer grupo de trabajo y ampliamos las instalaciones como así también nuestro campo de acción. La compañía se involucró desde el desarrollo de software militar para el control de Aeronaves No Tripuladas hasta videojuegos y productos de uso cotidiano, como las Cartas de Estrategia.

 

   Se preguntarán ¿Qué relación tiene un videojuego o un mazo de cartas con el desarrollo de Software militar? Pues alguien que jugó al "F-14 Tomcat" sabe perfectamente que es un "sidewinder" con tan sólo 8 años de edad. Eso le da 10 años de ventaja en preparación técnica ante un piloto militar de 21 años de cualquier nación del mundo.

   Simuladores de guerra, MMORPG, MOBA y juegos de estrategia tienen el mismo fin. A largo plazo generan soldados pre-entrenados y humanos más capaces en cuanto a memoria, refuerzo social, actitud frente al fracaso, trabajo en equipo y coordinación mano ojo. Entre otras cosas.

   Así fue pensada Elektrina desde sus cimientos. Una compañía multi-propósito que abarcaba un amplio espectro de actividades alrededor del mundo. Nos ampliamos a varios campos de tecno-innovación. Esto me permitió establecer vínculos con grandes potencias mundiales. Facilitando así el desvío de fondos bélicos en medicina, videojuegos, alimentos y desarrollos genéticos. No todo eran desarrollos bélicos, también formamos lazos con la O.N.U., la OTAN, la N.A.S.A. , la Agencia Espacial Federal Rusa (FKA), la Administración Espacial Nacional China (CNSA) y con varios colosos del Internet.

   En poco tiempo concebí un conglomerado de empresas distribuidas en una red tan extensa, que me tomaría una o varias vidas recorrerlas todas. A duras penas pude sostener el control total los primeros años y me vi obligado a conformar una cúpula a la cabeza de mi empresa para que tomaran el control. Así se formó el Primer Consejo y sus integrantes.

   Aunque parezca tonto, nunca fui bueno en las finanzas. Todo lo invertía en mi propia empresa. Las palabras de mi padre resonaban en mi cabeza con cada desvío de fondos.

…”El dinero pierde su valor. El conocimiento cosecha intereses”…

   Estudié muchos campos de la Ciencia, pero nunca me interesé en las Ciencias Económicas. Una corrida en las Acciones de la Bolsa y malas intenciones dentro del Primer Consejo lograron sacarme de mi cargo de Director General. La historia es larga, pero concluye en esta gélida tierra. Sub-contratado como como un simple asesor externo de mi propio logro. Aquí en el fin del mundo.

   Las cosas no salieron como lo planeaba. Es verdad. Tampoco me sorprendió. Tal vez lo vi venir aunque fui ciego de mis propias acciones. Las bases de Elektrina tenían buenas intenciones para la humanidad, pero el control de una enorme estructura multinacional no sería fácil. Por lo que dediqué un año entero a crear cientos de protocolos. Preveían múltiples escenarios posibles o extremos imprevistos. Catástrofes, Intervenciones gubernamentales, ataques terroristas, acciones demenciales, mi expulsión de la empresa o mi propia muerte entre otras. Decenas de decenas de protocolos inalterables y custodiados por una fuerza de acción independiente que operara en las sombras de las sombras de Elektrina. Los Vojak.




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