Sangre de luna.

Capitulo 17

A la mañana siguiente. Valmond volvió a casa para recoger lo prometido.

Acordó con Adalbert y un par de hombres más, que ayudarían a levantar en el menor tiempo posible un refugio para la familia. Al menos hasta que llegara la primavera.

La tormenta se disipó, pero el  frío había durado hasta el amanecer.

La cabaña aún estaba cerrada.

" Seguramente está comiendo" pensó.

Empujó la puerta pero ésta parecía estar bloqueda del otro lado.

 

- ¿Amely? Amely soy yo. Abre.

 

Pero no había más que silencio en el interior.

Retrocedió un poco y empujó con fuerza hasta abrirla. La casa estaba fría, el fuego se estaba apagando. Y ella estaba tendida en el suelo con el vestido roto.

Rápidamente corrió hacia ella.

 

- Amely ¡Amely! - le sacudió levemente para despertarla.

 

Atizó el fuego y puso más leña. Tomó una piel y la envolvió en ella para subirla a la cama.

La cabaña se fue calentando poco a poco.

 

- ¿Qué es ese olor ?

 

Notó sus dedos llenos de alguna masa pegada en ellos. Inspeccionó su cuerpo para ver en qué había usado aquella mezcla.

Descubrió sus piernas y contempló la sombra de lo que había sido una herida.

Preocupado le observó comprobando que estaba mejor pero aún necesitaría ser cocida. La zona del muslo era la que aún permanecia abierta.

 

- ¿ Pero qué pasó aquí?

 

Entonces reparó en la daga en el suelo. Confundido la devolvió a su lugar tomando el puñal con cuidado.

Al poco tiempo Amely despertó un poco mareada y confundida.

 

- ¿Estas bien?

- Si... Valmond, eres tú. Estaba preocupada por ti.

- Lo se. La casa de los  Winevid se  quemó.

- ¿ Qué ? Y Margareth, Kerstin ¿ Están todos bien?

- Si. Están en la iglesia. Lo han perdido todo. No se podía hacer mucho.

- Pobre Hack. ¿ Cómo pasarán el invierno? Tenemos que ayudarlos.

- Si. Pero primero debo cocer esta herida. ¿ Qué es lo que te ha pasado?

- Yo... No estoy segura.

- Pues dímelo yá. Qué quien haya sido no vivirá hasta mañana- preparaba la aguja para su labor- quédate quieta- ordenó- y dime que sucedió.

- Salí a buscarte. No volvías. Creí que habías perdido el rastro. Cuando entonces un lobo me atacó.

- ¿Un lobo?

- Si. Era enorme. Color gris y tenía unos ojos rojos. Jamás había visto tal cosa Valmond. Corrí de vuelta pero tropecé. Ahora veo que fue cuando me hirió.

- Eso no es posible. Yo le habría sentido, para eso salí - terminó de cocerla y se sentó pensativo.

- Yo tampoco lo creo Valmond. Pensé que era un sueño pero ya vez que no lo ha sido.

- ¿Por eso sacaste la daga de plata?

- Si. No sabía que era así que tenía que estar preparada- se cruzó de brazos con un rostro enfadado.

 

Su repentino enfado a pesar de su condición le hizo gracia.

 

- Haz hecho bien. No hay duda que no me equivoqué al elegirte.

- Pues ya ves que no. Ahora aparta que voy a preparar algo para que les lleves a los Winevid.

- Tú te quedas aquí. Les llevaré una pieles y carne.

- Pero ...

- Debes descansar. Esa herida es grande.

 

Al ver el ceño fruncido de su marido decidió no presionar más.

 

- Vale. Hay un poco de pan ahí, dáselos por favor.

- Bien. Y lávate hueles demasiado a Knoblauch- se rió de ella.

- Y tu hueles a oveja- siguiéndole el juego mientras se soltaba el vestido.

- Debes mejorar pronto. Con esa pierna así no puedo hacerte mucho - le susurró al oído antes de besarla .

 

Fue a buscar las cosas y las envolvió en una piel. Tomó un poco de leña y la hecho en la carreta.

 

- Amely, vamos.

- ¿ Vamos? Dijiste que descansará.

- No puedes quedarte aquí. No hasta que sepa que es lo que merodea aya afuera.

 

Se asomó por la escalera y la subió a su espalda. La escuchó quejarse cuando tuvo que mover las piernas.

La dejo en la carretera envuelta en su capa con una bolsa con un par de vestidos.

 

- ¡¿ Pero qué es lo que ha pasado?!

 

Adelbert miró con furia a Valmond cuando éste ponía a su hija sobre la cama.

 

- Papá, cálmate.

- ¿ Cómo pretendes que me calme? ¡ Tú! ¡¿ Cómo has podido?!

- Adelbert por favor. Esto no es lo que tú crees. La han atacado. ¿Es que no me has visto esta mañana por el incendio?  No estube con ella anoche. La he encontrado así está mañana.

- Pero ... ¿ Qué ha sucedido? ¿ Cómo que le han atacado?




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