Capitulo 14
Hace muchos años atrás
María Laveau desconfiaba de su supuesta amiga Margot Darcental Laveau Marguetto, hasta que descubrió que era su hermana, sin tanta prisa decidió conocerla sin saber que su frío corazón la llevaría a la muerte, es por ello que siempre estuvo lista por si ese día llegaba, incluso sabía que su esposo la engañaba con ella, al principio le dolió demasiado pero ya después siguió siguiendo la corriente con el fin de que Margot no sospechara de nada, hasta que un día ella decide invitarlos a cenar a la mansión que su esposo le había heredado, sin embargo ya María Laveau se conocía la historia trágica de su familia, una mujer cegada por el poder de la brujería la consumió tanto hasta llegar al límite de sacrificar a sus dos hijas en carne viva y a sus dos esposos para poseer tal poder, la mente de un criminal se queda pequeño debido a la magnitud de maldad que su hermana llevaba dentro, es por ello que se dispuso a preparar un líquido algo verdoso pero con poderes potentes que podían salvarla de la muerte.
-Mi amor ¿estas lista?- pregunta el Doctor alemán.
Maria Laveau estaba más que lista, por haberla traicionado no le daría ni un poquito de su poción verdosa por lo que decidió tomar todo el frasco sin que el se diera cuenta.
-Si amor estoy lista, vayamos a esa supuesta reunión con nuestra queridisima amiga- y en su mente solo la maldecia <No te saldras con la tuya Margot> se pensaba en si misma.
Al cabo de un rato la pareja se llega a la mansión muy elegante y bien decorada adentro, María observaba cada detalle y visualiza a dos hombres de físico predominante algo aterradores supone son los guardaespalda de la dama, por que así se hace llamar "La dama Margot", pero para mí no es solo que una asesina a sangre fría y con problemas mentales acerca de la brujería que la ha llevado a extremos muy severos aunque suele ser inteligente también.
-Que gusto que hayan venido a mi reunión- menciona dandoles la bienvenida al gran comedor, -Más bien no es una reunión sino una cena de amigos- finaliza indicandole donde deben sentarse.
-Gracias por invitación querida dama- responde el Doctor John con amabilidad y disimulo a la vez, pero Maria sabía de su amorío escondido.
-La verdad yo no tenía ganas de venir pero mi esposo insistió tanto que no pude negarme a su petición- dice de una manera egocentrica.
Margot no le da importancia a su actitud.
-Bueno entonces probemos lo que les he preparado, una receta francesa que me enseño mi difunto esposo- menciona siendo algo sentimental en sus palabras.
<¡Difunto esposo! claro..> se piensa Maria Laveau, <Un difunto esposo al cual mataste, si todos supieran la clase de mujer que eres ya estarias muerta aquí en New Orleans>
-¿Y que nombre tiene este apetitoso plato?- pregunta el Doctor viendo la exquisites de comida.
-Se llama El Cassoulet, es uno de los platos típicos de Francia, originario de Laguedoc-Roussillon, está compuesto de alubias blancas, muslos de pato y carne de cerdo, las familias campesinas les encantan este tipo de comida y se ha probado durante siglos, su exquisite no cambia- sus ultimas palabras son en modo de provocación al Doctor aleman con la insinuación del rico placer que se han tenido en la cama.
El doctor aleman traga en seco su vino tinto.
-Muy exquisito- dice mirandola con ojos de querer más algún día su hermoso cuerpo.
-Que interesante exquisites- interviene María -La verdad me sorprende que cocines para nosotros, todo se ve delicioso y no es que te este negando la comida pero no me gusta la comida francesa- miente para no tener que probar ni un bocado hecha por sus manos.
-Lastima, lo había hecho con mucho cariño para tí- la mirada de Margot hacia ella era cínica.
-¿De verdad?, tanto tiempo de amistad ¿Y ahora decides cocinarnos?- pregunta María, -Ya basta de jueguitos ¿quieres?- la reta.
-No se a que te refieres con eso- dice probando un bocado de su plato francés.
-¿De verdad? ¿no sabes a lo que me refiero Margot?- pregunta haciendo que la bruja alce la mirada a ella, -O debería llamarte "Hermana"- hace comillas entre sus dedos.
El doctor se ahoga con su trago de vino tinto.
-¿Dijiste hermana?- preguna incredulo.
-Si John ella y yo somos hermanas, supe desde hace un tiempo por el apellido igual al mío, eso me dio curiosidad de saber, pues los apellidos de hoy en día no son repetibles al menos que seas reconocido por tu padre- explica, -Mi madre que en paz descanse me conto que nuestro padre no era más que un mujeriego que le encantaba estar de bar en bar buscando mujeres y de las tantas pues nuestras madres cayeron a su merced y quedando embarazadas- comenta, -Te investigue y se que tu madre se llama Darcental Marguetto, y ese es tu segundo nombre ¿cierto?, tu madre siempre quiso que la llevaras contigo, pero has manchado su nombre-
Ella molesta se levanta de su asiento