Sangre Dorada -- Enterrados I

PRÓLOGO

-Yo, Nerys Addams, soy un ángel de alma negra y prometo serle fiel a mi sangre y no juntarme con los mundanos. -pronuncio con una voz monótona, aunque realmente no miento del todo, yo no me juntaría con mundanos. 

El resto de ángeles aplauden y vociferan, en la primera fila está sentada mi familia, mi hermano, mi tía y por último mi padre, todos vestidos de negro, cómo yo, sus aplausos se escuchan al unisono del resto. 

Odio ser el centro de la atención, mis padres me hablaron sobre este momento pero no pensé que llegaría tan pronto. Esto es cómo el bautizo de los mundanos, pero sin rezos. Básicamente trata de que cuando un ángel ya sea de alma blanca o negra cumple los 16 años, tiene que ir a la reunión del renacido y por tanto, pasar a la famosa escuela de ángeles, “Spherf school”  abierta desde hace más de 500 años, el nombre se debe al ángel más poderoso de los altos rangos, por encima, sólo está el mismísimo Satanás y Lilith. En esta escuela los adolescentes del mundo mágico desarrollan sus habilidades, poderes y aprenden a ser seres independientes. 

Bajo del atril y me siento al lado de Francesc, mi padre y a mi otro lado, Margaret, mi tía, su vestido negro ocupa casi todo el banquillo en el que la familia Addams está, lo aparto un poco con la mano para poder sentarme. Esto llama su atención. 

-¿Estás muerta de la emoción, Nery? -De esa forma siempre me llama mi tía, no me gusta, pero ya me he acostumbrado. 

-¿Muerta? tal vez, pero de emoción estoy segura que no. Yo ya tengo mis poderes psíquicos desarrollados, no necesito una escuela. -me quejo. 

-Nery cariño, tu padre y yo fuimos a Spherf y me apuesto la vida de cualquiera de este lugar que te va a encantar. -responde con una sonrisa. 

No hablo nada más, solo miro como el siguiente subía al atril, al instante de hacerlo sonríe y puedo ver sus colmillos blancos y afilados asomando, es un vampiro. 

En Lakestown, la llamamos “la ciudad de arriba”, mientras que los mundanos que creen en nuestra existencia la suelen llamar “el lugar de los marginados”  Todos los habitantes son ángeles, aunque hay personas que tienen mestizaje con otras razas o criaturas cómo la vampírica; la licántropa; las hadas; las gorgonas; las sirenas o los brujos. 

-Yo, Paul Thorpe, soy un ángel de alma blanca con mestizaje vampírico y juro serle fiel a mi sangre y no juntarme con los mundanos. -por un momento, la vista del rubio de pelo despeinado se desvía a la mía. Dejo de mirarle, para prestar atención en la puerta de entrada, ubicada atrás del todo, allí estaba él; Lucifer. El hijo de Satanás. Me volvía loca. 

Su camisa negra arremangada muestra sus tatuajes, aquellos que tienen un uso mágico; te proporcionan habilidades y que sólo los ángeles más importantes en la academia pueden usar, estos llegan hasta su cuello. Sus ojos se clavan en mi, esos ojos negros tan imponentes. 

Rápidamente me giro y miro al atril, ahora hay una chica. 

-Yo, Elizabeth Rabb, soy un ángel de alma negra y juro serle fiel a mi sangre y no juntarme con los mundanos. -La vestimenta de la chica es destacable, lleva un conjunto de cuerpo entero de cuero negro, el cual tenía –en la parte del pecho– un escote decorado con una especie de cordón del mismo color, este también sirve para ajustar el escote.

Otros tantos adolescentes de mi edad pasan por el atril repitiendo el juramento como loros, más tarde nos llevan a unos portales, los cuales se encuentran en la misma sala donde se celebra la reunión, en la catedral de Lakestown. En esta no se reza, se hacen rituales, convocamientos y demás. Estos portales emanan un color azul eléctrico himnótico. 

-Id entrando ordenadamente. -pide Seraphina, la directora de la Academia. 

 

 

 




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