Sangre Dorada -- Enterrados I

CAPÍTULO 2

La luz de la mañana entrando por la ventana de la habitación me ha despertado, cuando esto sucedió, Elizabeth ya no estaba y no he vuelto a verla desde entonces, me está evitando y lo comprendo. Hago la rutina de mañana, más tarde, un sonido angelical --llega a resultar molesto-- suena por todas las instalaciones, entonces recuerdo las normas que nos explicaron ayer. Toca clase. 

Salgo de la habitación y me dirijo al pasillo principal, dónde conecta con las grandes y blanquecinas escaleras, estas llevan a distintos lugares de la Academia, las subo para llegar al pasillo en el que están la mayoría de las clases de primer año. Entonces, me pierdo entre tanta puerta, ¿que clase toca ahora? Voy a llegar tarde, más de lo que en un principio esperaba. Veo a un chico apoyado sobre la barandilla, mirando a la nada, me acerco a él. 

-Disculpa, ¿sabes que clase es la que toca ahora? -le pregunto al pelirrojo, en cuanto me mira, su rostro queda pálido, frunzo el ceño ante esto. 

-S-sí, eh, toca Teoría Angelical. -su voz tiembla, ¿que le pasa a este? 

-Gracias. -respondo con voz neutral, seguidamente sigo mi camino hacia las clases. 

Ese chico me miró con cierta intranquilidad, o esa es la impresión que me dio, ¿sabe quién es mi madre? ¿Sabe algo que yo debería saber? Me pongo paranoica, tengo que tranquilizarme, seguramente haya sido una casualidad o simples suposiciones. 

Al fin veo la puerta que lleva un cartel con unas letras que aparecen y desaparecen, "Teoría Angelical"  llamo a la puerta, rezando a Satanás para que no llamen a mis padres por mal comportamiento al segundo día. Segundo día, segunda infracción, perfecto, maravilloso. 

-¿Puedo pasar? -pregunto mirando hacia el profesor. Mierda, no puede ser. Es el profesor del comedor de ayer, que casualidad. 

-Señorita Addams, esta es su segunda infracción. Pase por mi despacho después de clases. -habla con desdén, seguidamente, me invita a pasar. 

Veo un sitio libre, al lado de Elizabeth, mi día no puede ir a peor... Puedo sentir sus miradas encima de mí, analizandome, es algo realmente incomodo. 

-No quise decirte eso, fue... -intento romper ese momento que tan incómodo me parecía.

-No tienes que darme explicaciones, somos demonios, no tenemos que disculparnos por nuestras acciones. -sonríe, recitando las lecciones que todo demonio recibe desde pequeño. 

Asiento, tiene razón. Desde que entré aquí...No soy yo, todo es muy extraño. Decido dejar pasar la clase, en silencio, no quiero buscarme una expulsión. Más tarde, fuera de clases, le pregunto a Elizabeth sobre algo, sobre aquel chico pelirrojo y lo que había sucedido, no confío en ella, pero necesito avanzar en algo o me voy a volver loca. 

-Sí fue un poco extraño... No te preocupes, seguro que George estaba en su mundo y por eso te habló así. -le quita importancia pero no me importa, lo único a lo que presto realmente atención fue al nombre. 

-George...Entonces sabes quién es. 

-Sí, claro. ¿Es que no escuchas los rumores de la gente? -inquirió como si le molestara, como si fuera algo malo que no lo supiese-. Es el hijo de la directora, más de eso, no sé nada de él. 

Si es el hijo de la directora tiene que saber algo, debo ganarme su confianza, su padre es un ángel y él debe ser lo mismo. Intento buscarle por los pasillos, pero no lo veo, me despido de Elizabeth y bajo las escaleras. Oigo a Elizbeth gritándome a lo lejos, avisandome que no falte a clases, tiene razón. La siguiente es dentro de veinticinco minutos. 

Echo un vistazo a la planta inferior, todo lo que mi campo visual me permite, pero sigo sin verle, rendirme no es una opción, ni siquiera conozco esa palabra. Camino por el pasillo principal, sin éxito, entonces pregunto a un estudiante, quien me responde que no le vio. Esto es deseperante. 

Salgo al patio, ya cansada de buscar a alguien que únicamente conozco su nombre. ¡Al fin! El pelirrojo está sentado sobre la hierba, cerca de los bien podados arcos altos que dan entrada al bosque. De nuevo, está mirando a la nada, pensando. Antes de acercarme intento leer su lenguaje no verbal, algo que se me da bastante bien. Algunas señales me llevan a interpretar que algo le preocupa o le atormenta, quizá la culpa o el remordimiento. 

-Hola. -saludé-. ¿Puedo sentarme? 

Asintió. -¿Qué haces aquí? -preguntó sin mirarme. 

-Pues hacerte una pregunta...Vas a primer año, ¿verdad? -asintió-. Bien, ¿por qué no viniste a clase? -inquirí, sin importarme lo más minimo la respuesta. 

-¿Es que no te lo han dicho? Soy el hijo de la directora. -justificó, lo que me pareció una respuesta de los más absurda, se creía el niño privilegiado bajo toda la protección de mamá, o algo parecido. 

Mi respuesta fue una carcajada que hizo que al fin me mirara. Lo único que pude ver en sus ojos fue una profunda tristeza o quzá no, aún así todo lo que veía en sus ojos era oscuro, negativo. -Sí, me lo han dicho, pero... ¿y qué? ¿Es que por ser el hijo de la directora no puedes ir a clases? 

-¿Piensas hacerme un puto interrogatorio? En 10 mnutos tienes clase, ve a hacer algo más importante. -contesta con un tono hostil, sonreí, ¿quién se creía para hablarme en ese tono? Tengo que tranquilizarme, debo ganarme su confianza. 

-Bien, como tú digas. -me levanto y pensaba irme, reunirme con Elizabeth y más tarde entrar a la siguiente clase, pero observo de nuevo aquellos arcos rodeados de hedera que daban al bosque, algo me llama, o alguien. Una voz ronca y débil pronuncia mi nombre repetidas veces, me acerco e intento pasar por ellos. 

-¿Qué haces? No se te ocurra entrar ahí. -la voz para  de llamarme y la única que puedo escuchar es la del pelirrojo. Salgo del trance y sin decir nada me voy del jardín. 

Intento no pensar en lo que ha ocurrido, sacar mis pensamientos de esto y centrarme en recordar de que se trataba la siguiente clase, estar más despierta ahora me permite hacerlo, esta parecía más interesante que la anterior, pues, Teoría Angélical, trataba de el origen, historia, filosofía y todo lo relacionado con los angeles y su entorno. Mientras que esta nos dividía por sangre, Desarrollo del poder demoníaco, lo mismo con los angeles, en esta clase nos enseñarían todo lo que necesita, en mi caso, un demonio para ser el mejor, para ser alguien de alma negra y nada más que eso. Llegar a ser eso que tanto quieres. 




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