Sangre Púrpura

Capítulo 10

Horas antes del encuentro nocturno de Iuola…

 

 

 

Georgia se encontraba comiendo una ensalada de vegetales mientras llegaba el plato fuerte. Su mal genio aumentaba cada segundo ya que la duquesa de Hastings los había distribuido  estratégicamente en diferentes mesas. Ésta se encontraba en una acompañada de una pareja y tres viudas; Aitasis se encontraba en una con jovencitas debutantes y por alguna razón ésta reían a su alrededor; sus hermanos estaban en compañía de otros caballeros y por ultimo Becky en compañía de una viuda y otros caballeros que por sus expresiones, estaban encantados con ella.

Georgia miró en dirección a Marsias y sonrió ante la expresión de desconcierto de su hermano.

—Mar tienes que dejar esos celos estúpidos—susurró para sí

—¿Dijo algo mi lady?—le preguntó una de las viudas

—No es nada—respondió ésta

—Gracias a Dios no me tocó en la misma mesa que aquellos colonos—comentó una

—Se ven peligrosos pero son muy apuestos—comentó otra

Georgia rodó los ojos y se limitó a comer su ensalada.

—¿Es amigo suyo mi lady? —le preguntaron—tuvo la gallardía de ayudarlo

Ésta dejó el tenedor en el plato y se pasó una servilleta por los labios.

—En realidad el señor Harris es amigo de Westhampton, por ende es amigo de toda la familia—les espetó ésta—Lo único que en lo que estoy agradecida es que el conde de Addington esté en otra mesa, una persona que maltrata a los animales si dicta de ser peligroso

Todos en la mesa guardaron silencio y ella se llevó un trozo de lechuga a la boca. Georgia miró en dirección a su hermano Marsias y vio como este se colocaba de pie mientras miraba en dirección a la mesa de Becky, notó como Uriel lo miraba diciéndole “No vayas a cometer una locura” y Marsias le devolvía una mirada de “¿Qué puedes hacer tú para evitarlo?” y este se encaminó a la mesa, Uriel decidió seguirlo.

Georgia suspiró y se puso de pie—Les pido un permiso—y al decir esto se dirigió hasta donde estaban sus hermanos.

Los tres llegaron a la mesa de Becky y ésta los miró.

—¿Sucede algo? —preguntó preocupada

—En realidad nada cariño—se aproximó a decir Uriel—Visualicé una mesa y nos preguntábamos si querías unirte a nosotros

Un caballero le sonrió a Uriel—Becky está de maravilla con nosotros milord ¿no es así?

Georgia alzó las cejas—¿”Becky”?

—Ella estará donde le corresponda estar—le espetó Marsias—¿Tiene algún problema?

Becky se puso de pie de inmediato <<Una mujer muy inteligente>> pensó Georgia.

—De todos modos les iba a pedir un permiso—les dijo Becky con una sonrisa forzada—Tengo que ir a ver a mí bebé, con permiso

Los hombres demostraron su desconcierto pero no se atrevieron a decir nada. Uriel y Georgia se dirigieron a la mesa que estaba vacía.

—Esos dos están discutiendo otra vez—le informó Uriel

—Marsias debe manejar esos celos estúpidos, la está agobiando—comentó Georgia

—A ningún hombre le gusta que su mujer esté rodeada de hombres—le dijo este le acomodaba la silla para que se sentara y él prosiguió a hacer lo mismo.

—Había otra dama allí Uriel, además no es que Becky se haya querido sentar allí en primer lugar, Lady Hastings nos colocó así

Ambos guardaron silencio mientras Marsias y Becky se sentaban con expresiones de disgusto.

Uriel hizo sonar su garganta—A Lady Hastings no le dará ni pizca de gracia que nos hayamos cambiado de mesa

—Me importa un bledo—le dijo Marsias 

Becky lo miró echando chispas por los ojos—A ti todo te importa un bledo Marsias—ésta se puso de pie—Les pido un permiso

Este apretó los dientes—Tú no vas a ningún lado, siéntate

—Voy a ver cómo está mí bebé, enseguida regreso—y al decir esto se fue.



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En el texto hay: gay, nobleza, novela historica

Editado: 11.09.2018

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