Georgia hizo sentar a Aitasis con ayuda de Becky en el sillón en la noche siguiente. Durante todo el día pasaron en el jardín o en la sala cociendo, ya que los hombres se habían ido de caza. A Georgia siempre le había aburrido cocer y casi rogó que se la llevaran de caza pero sus peticiones fueron en vano.
En estos momentos se habían dirigido al salón para la actividad nocturna, en la cena todo había transcurrido tranquilo y Aitasis ya se encontraba mucho mejor.
—Les juro que no soporto un día más aquí—les comentó ésta. Sus hermanos, el señor Harris y el señor Shaw; se encontraban de pie charlando no muy lejos de ellas.
—Deberíamos inventar una excusa e irnos—propuso Georgia
—A Wolframio le dará una apoplejía—añadió Becky
—Claro, él no entiende porque no está embarazado—le reprochó Aitasis—Siento que la barriga me crece cada segundo—Georgia le acarició el vientre y le sonrió.
—Les pido su atención por favor—Comenzó a decir Lady Hastings en el centro del salón—Estamos próximos a realizar la actividad nocturna, en esta podrán participar hombres y mujeres por igual. Por favor acérquense todos los que deseen participar
—Por favor no, prefiero estar de espectadora—informó Aitasis
—Yo tampoco quiero participar—dijo Georgia
En ese instante se acercó Uriel con una sonrisa—Becky, Georgia, vayan a jugar yo me quedo con la hermosa
Becky se puso de pie y tomó a Georgia por la manos—Vamos cariño, Mar está allá y el señor Harris también
Georgia suspiró y se puso de pie—Supongo que la sustancia llama “Vergüenza” no se almacena en sus organismos
—Vamos—le insistió Becky—Será divertido
—Los caballeros hagan una fila a mi derecha y tomen un papel que le dará mi criado. Las damas hagan lo mismo pero toman las tarjetas de ésta criada a mí izquierda. Sobra decir que no pueden decir que dice en cada uno de sus tarjetas a nadie
Cuando ambos grupos tenían sus respectivas tarjetas, se acercaron unas criadas con listones.
—El juego es el siguiente—continuó la duquesa—como pueden observar, a cada uno le tocó un animal. Prosigan a tapar los ojos de las damas—Las criadas se acercaron a cada uno de ellas y así lo hicieron—Los caballeros tienen un animal y tendrán que imitar el sonido de este, las damas tienen los mismo animales y tendrán que buscar al animal que les tocó lo caballeros deben regarse por todo el salón y ubicarse en un sitio sin moverse; mediante el sonido del animal las damas buscaran el que les tocó. La primera dama en encontrar su respectivo caballero, ganarán un hermoso premio.
—¿Cuál es el premio? —quiso saber Becky
—Para la dama una gargantilla de oro y para el caballero un reloj de oro de bolsillo—respondió la duquesa
Georgia se acomodó su listón y se dio cuenta que no podía ver nada. Su animal era el pato y eso le sacó un suspiro.
—¿Están todos listos? —escuchó decir a la duques
—¡Sí! —exclamaron todos
—¡Comiencen! —exclamó ésta Georgia colocó sus manos al frente para cerciorarse de que no hubiese nadie y avanzó con mucho cuidado. El salón se impregnó con sonidos de todo tipo y lo único que podía escuchar con claridad era la risa de Aitasis.
Georgia sonrió—¿Dónde está ese pato?
En ese momento tropezó con alguien—Lo siento—dijo una dama mientras reía
Ésta se echó a reír—Yo también lo siento—avanzó dudosa y sonrió—¡Pato dame una señal! —gritó. Pudo es cuchar un “Quack” muy débil.
Georgia se echó a reír—¿En serio eres un pato? ¡Pareces un cerdo! —los invitados rieron a carcajadas.
—¡¿Cómo se supone que hacen las gallinas? —oyó que gritaba Becky
Georgia se echó a reír—¡Yo estoy peor! ¡Mi pato tiene problemas de identidad! —Las risas se incrementaron mucho más.
—¡A mí me tocó un gallo y aun no lo escucho cantar! —escuchó que decía una dama