Westhampton Terrace, Hampshire
Seis días después…
Georgia perseguía a Erling por el jardín mientras este corría por doquier. Becky se encontraba tomando una taza de té en un picnic junto a Iuola en el jardín, su hermana tenía a Wilfer cargado; Marsias y Wolfram habían salido a montar y Aitasis estaba dormida. En los últimos días ésta sentía unas inmensas ganas de dormir y lo hacía la mayor parte del tiempo, más ahora que Uriel estaba en Londres.
Eso le sacó un suspiro mientras tomaba a su sobrino y le daba un beso en la mejilla.
—Tú tío está en Bow Street cariño. Por mí culpa—le dijo Georgia a Erling.
Esa misma noche del baile, Wolfram al acabar este, le había pedido a Hastings que le prestara su estudio ya que tenía que tratar un asunto familiar que no podía esperar. Allí se encontraban sus tres hermanos, dos de ellos de pie que eran Marsias y Uriel; Wolfram se encontraba sentado tras el escritorio de Hastings y ella en compañía de sus cuñadas estaba sentadas en sillones.
Georgia miraba la carta que tenía Wolfram en sus manos como si fuese algo repulsivo. Becky y Aitasis le apretaban ambas manos.
Georgia sentía miedo, ella misma no lo negaba pero que la torturaran si tendría que aceptarlo públicamente.
—Wolfram—comenzó a decir Marsias—Quieres acabar con tú maldito silencio, necesitamos hablar que se va hacer
—Llevaré esa carta a Bow Street—informó Uriel
—No puedes—le dijo Aitasis—Sólo nosotros sabemos el origen de Georgia e Iuola, y ahora esa persona. No estarás pensando en meter a mí padre en este asunto ¿verdad Uriel?
Este suspiró—Hay que abrir un caso hermosa, se quiera o no. Puedo mentir, diré que es para otra persona
Aitasis lo miró de hito en hito—Estarías mintiendo ante un magistrado Uriel Westhampton
—Luego puedo limpiar mi consciencia confesándome—le dijo este mientras se encogía de hombros.
Wolfram hizo sonar su garganta y todos guardaron silencio.
—Supongo Uriel—comenzó a decir su hermano—que tienes la influencia necesaria para hacer que algunos hombres de confianza realicen este trabajo con la más absoluta discreción
Este sonrió—Así es
Wolfram miró a Georgia—Lo ideal es que te quedes aquí en Hampshire y no asistas a nada de la temporada, solo hasta que creamos que el peligro pasó.
Becky negó con la cabeza—Pensé que ya la angustia en esta familia ya había pasado. Dios mío ¿Por qué?
Marsias se acercó a ella y comenzó a masajearle los hombros—Tranquila amor mío todo va a estar bien—le susurró este
Uriel se colocó en frente de Georgia y a continuación se puso en cuclillas y la miró.
Ésta le lanzó una mirada asesina—¿Qué? —le espetó.
—Cariño sé perfectamente que eres una mujer fuerte, así que me ahorraré un tedioso interrogatorio que ninguno de los dos disfrutará y te haré solo una pregunta—esta lo miró—¿Alguien más aparte de nosotros, contando a los familiares de Georgiana, sabe de esto?
Georgia miro a Aitasis y ésta asintió lentamente; luego miró a su hermano y a continuación ésta asintió.
Vio como Marsias cerraba los ojos mientras negaba con la cabeza, Becky la miraba con mucha preocupación y Wolfram acariciaba el mango de su monóculo.
Uriel la miró fijamente—¿Quién?
—La condesa de Addington—respondió sin titubear
—¿Qué? —le dijo Marsias—¿Por qué ella?
Georgia alzó la barbilla—Manteníamos una sincera amistad
Todos quedaron en silencio—¿Mantenían? —preguntó Uriel
—Sí, ya no somos amigas