Sangre Púrpura

Capítulo 15

Con un poco de ayuda de Aitasis y Becky lograran convencer a Wolfram y a Marsias -ya que este se opuso también- Georgia entendía a la perfección a sus hermanos, pero ya habían pasado 6 días y no sucedía nada. Sabía de sobra que a Uriel no le haría gracia, por ende habían decidido ir directamente a St. James House al llegar a Londres. Wolfram habría accedido y ambas se fueron en su carruaje privado y siete escoltas a caballo.

Iuola lo encontró exagerando mientras que Georgia lo encontró seguro; Sin embargo, era de por si un fastidio.

Sus doncellas habían viajado en otro carruaje. Al llegar a Londres, Georgia les ordeno a estas esperar en Westhampton House.

—Pero mi Lady—Le dijo su doncella—Su excelencia nos ordenó que no nos separa de ustedes.

Iuola se echó a reír—¿Y se supone que si nos pasa algo ustedes nos van a proteger?

—¿Son doncellas nuestras o de Westhampton?—Se preguntó Georgia arrogantemente—Esperaran en Westhampton House. ¿Entendido?

—Si mi Lady—Dijeron ambas mientras regresaban al carruaje.

Georgia cerró la puerta de su carruaje y le dio dos puños al techo para que se pusiera en marcha.

Iuola suspiró—Estamos sin carabina Georgia. ¿Qué excusa daremos?

—Yo no necesito carabina Iuola, tengo veintisiete años. Tu si la necesitas, así que yo hare ese papel.

—¿Qué vamos a decir?

—Que vamos a visitar a la Condesa.

—¿Somos cercanos a ella?

—No, pero un Westhampton es bien recibido en cualquier lugar.

Iuola sonrió y no le dijo nada.

Georgia suspiro. Sería muy injusto de su parte, pero el deber estaba ante todo así que tenía que advertirla.

—Iuola...—Comenzó a decir ésta—¿Eres consciente que tú y el señor Shaw son de mundos distintos y que Wolfram jamás aprobará esa unión?

Su hermana pequeña la miro seriamente—Lo soy.

Georgia asintió—Bien.

Ninguno de los dos dijo nada en lo que restaba de camino a St. James House. Uno de los escoltas abrió la puerta del carruaje y los ayudo a bajar.

—Lo bueno de ser un Westhampton es que no necesitamos tarjetas de visitas—comento Georgia.

Iuola sonrió—Seria muy complicado ser un simple mortal.

Ambas llegaron a la entrada. St. James House era una mansión bastante pintoresca, tenía dos pisos, y era de color ocre mezclado con blanco.

Georgia toco la gran puerta y miro a su hermana—Tenemos que pensar una muy buena excusa para visitar a la condesa—Se dijo Georgia.

—¿Sabes si está muy mal de salud?

—Hasta donde sé, no—Georgia volvió a tocar la puerta—Le podemos decir que en la temporada próxima será tú presentación y queremos que vayas conociendo a todo el círculo social desde ahora.

Iuola alzo las cejas—Es una excusa muy tonta.

—¿Tienes una mejor? Mocosa...—Le espetó ésta mientras tocaba de nuevo la puerta—¿Dónde están los criados de esta casa?

Como si la hubieran escuchado, la puerta se abrió pero solo un poco. El mayordomo asomo su cabeza y se escucharon ruidos en el interior de la casa.

—¿Qué se le ofrece? —Pregunto el mayordomo un poco apurado.

—Somos las hermanas del Duque de Westhampton, venimos a ver a la condesa—Le informo.

El mayordomo miro hacia dentro y luego a ella.

—Lo siento mi Lady, la condesa se encuentra indispuesta. Regrese más tarde. —Este le iba a cerrar la puerta y Georgia metió su pie impidiendo que lo hiciera.

Georgia alzó la barbilla—¿Se atreve usted a tirarnos la puerta en la cara?

—Yo no pretendía...

—Abra la puerta—Le ordeno esta.

—Mi Lady, la condesa...

—Ábrala.

Este suspiró y lo hizo. Ambas entraron al vestíbulo y el mayordomo cerró la puerta. De repente alguien tiro un vaso de vidrio y Georgia junto con su hermana se sobresaltaron. El vaso quedo roto cerca de sus pies. Georgia reconoció al conde de St. James, este no llevaba saco, la camisa esta cajada y llevaba una botella de coñac a medio acabar.

Este le dio un sorbo a la botella y las miro—Tenemos visita...—Susurro. Luego miro al mayordomo—¡Fuera de aquí! —Le grito y este no dudo en desaparecer.

El conde bebió otro trago—Dos hermosas mujeres han venido a visitarme...—Este se acercaba a ellas lentamente.

—Georgia—La llamo su hermana mientras se colocaba detrás de ella.

Los criados se asomaron asustados.

El conde se colocó frente a ella—Vayamos a mi habitación.

Esta le sonrió lentamente y asintió—Si mi Lord.

—¿Georgia? —Le preguntó Iuola confundida.

Ésta le coloco ambas manos en los hombros del conde y le sonrió. A continuación le dio un rodillazo en los testículos.

El hombre emitió un grito ahogado y cayó al suelo. Georgia no perdió el tiempo, se quitó el listón que llevaba en su cabello y le ato ambas manos en la parte de atrás.



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En el texto hay: gay, nobleza, novela historica

Editado: 11.09.2018

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