Robert Harris se encontraba en el estudio junto con Ethan Shaw. Habían sido dos semanas de trabajo intenso, ya que tuvo que solucionar muchos inconvenientes que sucedían en la fábrica de Boston. Cameron había encontrado un socio perteneciente a la cámara de los comunes y quería incluir las vías de las locomotoras en su plan de gobierno, por ende estos tenían que trabajar el triple para dejar todo en orden cuando Robert partiera hacia América.
—Ethan ¿Dónde demonios está Bright? —le preguntó Robert sin dejar de mirar los planos
—Con su "esposa" —le respondió este mientras escribía cifras en su libro de contabilidad.
—A mi prometida no le gustará nada esto, hazle llamar—le ordenó Robert—Hay algo aquí que no entiendo y el debería estar aquí, parto mañana y aún queda mucho por hacer
Ethan colocó el libro sobre el escritorio y se dirigió a tocar la campana.
—¿Dónde están los mocosos? —quiso saber este
—En la habitación infantil, les dije que los mandaría a llamar cuando terminara aquí
—Los hubieses dejado allá en Westhampton House y que Georgia los hubiese traído
Robert lo miró—No quiero que estén hablando que descuido a mis hijos, suficiente con que se vayan a quedar allá en un mes
—Pensé que tomarías la opción de dejarlos con Mama Odie
En ese instante llegó la ama de llaves—Mande a buscar al señor Bright por favor—le ordenó Ethan
—Sí señor—y al decir esto se fue
—Lo pensé—le dijo Robert—Pero no quiero que los niños estén cerca del conde, además mama Odie está en una edad que le impide cuidar de dos niños y sabes perfectamente que Max y Freyja no son unos santos. Sin embargo, yo le dije a Georgia que los llevara a visitarla
Ethan lo miró luego de tomar asiento—¿Cómo te has sentido con Georgia?
Robert no lo miró—Lastimosamente no he podido disfrutar de ella por el trabajo
—¿La amas Robert?
Este le sonrió—El amor complica las cosas Ethan, pero si hay un deseo inmenso
Ethan le sonrió—Si tú lo dices
Robert le sonrió—Es así
De repente escucharon unos fuertes toques de la puerta y Robert frunció el ceño mientras se colocaba de pie.
—Pero ¿Qué es esa forma de golpear la puerta? —se quejó este
Ésta se abrió de golpe—Lo siento señor—se disculpó la ama de llaves—Pero no pude detenerla
En ese momento Georgia entró a la estancia. Se veía fatal. Su rostro estaba cubierto de lágrimas y su cabello estaba suelto y despeinado, unas horquillas estaban a punto de caerse y otras enredadas en su cabello.
—Ayúdame...—le susurró ésta. Se llevó ambas manos a su rostro y comenzó a llorar fuertemente.
Este se acercó rápidamente hacia ella y la abrazó.
—¿Qué sucedió?
Ethan se puso de pie y salió de la estancia cerrando la puerta tras sí.
Georgia lo miró y le temblaba el labio—Yo... Ellos... no puedo. Ellos... Ayúdame—le decía ésta sin dejar de llorar
Este la hizo sentar y se puso encuclillas—Amor mío no estoy entendiendo nada—le dijo este suavemente
—Ya no puedo... Robert...Ellos... Tengo que huir, ayúdame
—¿Por qué tienes que huir?
Ésta soltó un grito de dolor—¿Ya saben que soy rara! —Robert abrió los ojos como platos. No necesitaba una explicación para saber a qué se refería.
—Mis hermanos... todos... necesito huir
—Amor mío—él le acarició el rostro—Mírame—ésta negó con la cabeza mientras seguía llorando con la cabeza agachada—Georgia tú no tienes que huir de nadie, puesto que serás mi esposa y al único que tendrás que rendirle cuentas es a mí
Ésta negó con la cabeza y siguió llorando.
—Cuéntame cómo pasó—le pidió él.
En ese momento se escucharon los toques de la puerta, su ama de llaves tenía una bandeja de té y Robert y le hizo el gesto para que entrara. Ésta la dejó en el escritorio y le acercó una taza a Georgia; ésta asintió agradecida y le dio un sorbo. El ama de llaves hizo una reverencia y salió del estudio.
Robert tomó una silla y se sentó frente a ella, esperó a que ella bebiera un poco más y prosiguiera a contarle lo sucedido.
Conforme Georgia le contaba, Robert se convencía más de que esa familia estaba completamente loca ¿Ramas principales y secundarias? Honestamente los ingleses estaban más locos que una cabra a su parecer. Le tomó por sorpresa el hecho de que la prima de Georgia fuese la autora de las notas, tendría que pagarle por el trabajo realizado al detective que contrató. Y lo de la fotografía le confirmó totalmente que esa gente no estaba en sus cabales, entendía el punto de vista de Westhampton al quedarse callado.