El príncipe Faráz de Esparta empuñó con fuerza su espada viendo todo lo que en el campo de batalla está sucediendo, mientras guerreros caen a cada momento.
La guerra y la rivalidad con Persia viene de antes que Faráz naciera. Aunque en ese tiempo fue por motivos diferentes cuando su padre Corisio aún no era rey, sino un príncipe joven que fue traicionado por su amigo el príncipe Elízeo de Persia. En aquella época hacía muchos años antes, ambos imperios eran gobernados por reyes que mantuvieron la paz entre ambos pueblos a través de una alianza que los hizo poderosos. En aquel entonces los príncipes Corisio de Esparta y Elízeo de Persia, reyes en la actualidad, eran amigos. Y como muchas alianzas la de estos dos imperios se perdió. Y como muchas traiciones esta tuvo un nombre: Sadira, princesa de una tribu celta que cautivó por su belleza al príncipe Elízeo. Sin embargo, el padre de Sadira la había ofrecido en matrimonio al rey espartano para casarla con el príncipe Corisio, y por diferencias con Persia no permitió la sugerencia de su hija para casarse con el príncipe Elízeo. Para ese entonces ellos ya se habían conocido y enamorado, pero al ser negada como prometida al hombre que amaba, el príncipe Elízeo se la llevó a tierras persas aun cuando el rey de Persia padre de él, tenía planes de casarlo con la princesa egipcia Anum. Antes que se la “robara”, el príncipe Elízeo mandó una carta al príncipe Corisio. Dicha carta decía que estaba enamorado de Sadira y le pedía que lo ayudara a llevársela a Persia para hacerla su esposa, y aunque el padre de ella no quería esa unión y tampoco el suyo, estaba dispuesto a correr el riesgo, porque una vez Sadira fuera su esposa no habría marcha atrás. Ahora bien, Elízeo desconocía que Sadira había sido prometida en matrimonio a Corisio, y éste último tampoco sabía de los sentimientos de Elízeo sobre la prometida que le había buscado su padre.
Desafortunadamente la carta nunca llegó a Corisio y todo fue de mal en peor siendo la guerra inevitable cuando Elízeo se la "robó", traicionando a su amigo y marcando una época de sangre que terminó meses después cuando Corisio se casó con la princesa Dana, quien posteriormente fue nombrada reina junto con él, y dio a luz a tres hijos; Faráz, Amir y Dana. Faráz piensa que lo pasado fue un insulto a su padre, un acto de traición que dejó marcada la amistad y alianza de ambos imperios. Y desafortunadamente después de casi veinticinco años vuelve a estallar otra guerra, porque Persia intentó invadir territorio espartano para anexarlo a su conquista, situación que no había sucedido antes, incluso después de la gran guerra.
Ante este panorama de sangre y muerte él seguía luchando cuerpo a cuerpo junto con sus hombres y su hermano Amir, quien no muy lejos de él se encuentra luchando también. Fue una fracción de segundo en el que vio como el cuerpo de su hermano se empezó a deslizar lentamente hacia el suelo. Supo al instante que no podría hacer nada cuando vio al guerrero persa sacar la espada del cuerpo de Amir. En un grito lleno de ira se dio cuenta que era demasiado tarde. Aun así corrió hacia el enemigo lleno de coraje y sed de venganza luchando a muerte con aquel infeliz persa que mató a su hermano. Al tenerlo en frente supo por el escudo que pertenece a los guerreros de la legión real de la princesa Daríce. Con ira y odio terminó despiadadamente con la vida de aquel miserable hombre y después de cortarle la cabeza con la intención de presentársela al rey, miró no muy lejos a la princesa. La observó de pies a cabeza teniendo en mente que la muerte de ella será un buen precio por la muerte de su hermano Amir.
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Editado: 15.02.2025