Sangre vamphyr

Capítulo 13

 

Diario de Campo De Abraham Gernot

(Sin fecha)

Hemos perdido la noción del tiempo. Estar en Transilvania ha sido tan educativo, he aprendido varias técnicas para cazar vampiros al mismo tiempo que el propio Vladislav me ha enseñado cómo matar a un vampiro estando desprotegido y teniendo a la mano un solo frasco con un contenido escarlata que, según él, fue creada por expertos alquimistas para asesinar a cualquier ser oscuro, ya sean vampiros, híbridos, demonios o incluso hadas. Es un veneno capaz de exterminar a cualquier ser fantástico sea cual sea su naturaleza.

Han pasado ya dos meses desde que Sarah se fue a Francia, dos meses en los que hemos estado incomunicados, pero gracias al Príncipe, sabemos que ella está a salvo teniendo a Quincey en París. Según parece, el muchacho la ha convencido de beber sangre. La idea le resultó desagradable a Jesper, pero al informarnos que ella bebe directamente de las muestras lo reconfortó.

Ahora, estando con Vlad nos hemos enterado de muchas cosas que no creíamos existentes. Sabía de la existencia de los vampiros crueles, pero no de los buenos y servidores de la luz. El mismo Vlad sigue siendo en la no-muerte uno de ellos. Según sus palabras, al renacer como vampiro, la víctima decide de qué lado quiere estar, del lado de la luz o de la oscuridad; aparentemente tanto Vlad como sus descendientes siempre han estado del lado de la luz, a excepción de unos pocos como la Condesa Erzsébet Báthory, el Graf von Orlock y su sirviente Kostaki, entre otros.

Algo increíble es la existencia de la Hermandad de la Luz, según mi mentor Elías Van Helsing, su antepasado Abraham Van Helsing la fundó en el siglo XIX tras la muerte de la damphyr Elisabeth, con la esperanza de acabar con la amenaza vampírica y poder liberar al mundo de los seres de la noche. Pero, esta Hermandad desconoce el pacto que Orlock mantiene con Evana, por lo que su trabajo es en vano, ya que, según el Príncipe, han asesinado a vampiros servidores de la luz.

El solo pensar en que los miembros de la Hermandad se encuentran dispersos en el mundo me causa escalofríos. Por suerte, Quincey protege a Sarah, según en su carta escrita en taquigrafía explicaba que una tal Cecilia Dubois trató de asesinar a mi hija usando el veneno escarlata que ahora yace en mi poder. La cólera en los ojos de Jesper se detonó al oír a Vlad leer la carta, pero se disipó un poco al saber que se había recuperado tan solo segundos de haber bebido sangre.

Desde entonces no hemos recibido otra noticia de ellos. Espero que la cazadora no intente otro atentado en contra de mi hija, porque entonces no responderé si cometo homicidio.

—Es la hora —había pronunciado Vlad a la semana en la que le dio los diarios a Jesper.

El muchacho salió pálido de su habitación tras haberse cumplido el plazo de lectura. Al igual que yo en tiempos anteriores, tuve las mismas dudas, solo que esta vez fue Vlad quien las respondió y no mi mentor.

—Dice que Nicolav Malinov tuvo que atravesar el pecho de Elisabeth con una daga de plata rodeada por un extraño esplendor escarlata. ¿Lo hizo entonces para salvarla de Orlock? —preguntó respondiéndose a sí mismo la pregunta.

Esa parte de la historia desafortunadamente no venía en el libro de «Corazón de Sangre», pero sí en el diario de Mina Harker. Aquella dulce mujer que fue tan amable de plasmar todo lo ocurrido desde un punto de vista neutral, no como los demás, que el odio y el deseo de venganza los cegó al grado de creer que Vlad era el monstruo.

Vlad asintió.

—En esa época tuvo lugar el eclipse de la Luna Sangrienta, este ocurre cada cierto tiempo, no sé exactamente cada cuanto, puede ser cada tres siglos o dos milenios.

—Siempre hay lunas de sangre —dijo Jesper cruzándose de brazos.

—Pero no mágicas, y esa es la cuestión. No debe dejarse pasar.

—Comprendo.

Al igual que Jesper alguna vez también fui un escéptico, rasgo que le costó la vida a mi familia y a los Tydén.

—Una cosa más —intervino Vlad—. La muerte de la familia Tydén fue planeada por mí.

Tanto Jesper como yo nos quedamos estupefactos ante la declaración del Príncipe. Yo estaba seguro de que Nicolav la había llevado a cabo, incluso el mismo Vlad dijo que había sido Orlock quién la ejecutó para inculpar a Nicolav… pero las cosas están tomando un rumbo diferente, uno del cual ya no estoy tan seguro de qué es lo que ocurre en verdad.

—Charles Tydén era uno de mis seguidores… humanos quiero decir —reveló—, sin embargo, Orlock supo controlarle y le permitió la entrada a su casa, en donde en sueños perturbaba a la niña, haciéndole creer que Donovan Malinov…

—Báthory —interrumpió Jesper—. El vampiro se llamaba Báthory como la condesa.

Vlad esbozó una sonrisa al ver la ingenuidad del joven.

—El apellido se tomó para aparentar, yo les pedí que lo usaran para esconder sus verdaderos nombres y mantenerlos a salvo hasta que cumplieran el siglo y dejaran de ser neonatos. Si se presentaban ante ustedes con el apellido Malinov, hubiera sido más fácil que Evana detectara mi intervención; al utilizar “Báthory” podría llegar a confundirla haciéndole creer que se trataban de otros vampiros.




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