Sangrienta esclavitud

Capitulo 2 (Un destinó inesperado)

 




Era bien sabido que el apellido Clayton era de alto renombre, pero por mi mente nuca cruzo el hecho de que con solo mencionarlo el ambiente en la audiencia se hiciera añicos. El poder descomunal que implicaba mencionar aquel apellido de tal índole era impresionante, pues el solo hecho de nombrarlo imponía respeto absoluto. La familia Clayton era la más poderosa en el régimen de Armelia, la prestigiosa familia Clayton perteneciente a la familia más poderosa de lobos, el simple hecho de imaginar su poder  provocaba que mi piel se estremeciera. Tras decir aquel anuncio de suma relevancia un hombre alto y fornido se presentó ante la audiencia, su sola presencia imponía respeto, su apariencia y aspecto representaban la elegancia viva, su cabellera era ligeramente rizada, mientras que su cabello era de un rojo brillante como olas de fuego que revoloteaban  sobre él, sus brillantes ojos ambarinos miraban con fiereza y autoridad, era un hombre apuesto con un rostro joven y fresco. Sin embargo con solo mirarle toda su esencia representaba sabiduría y madurez. 

El ambiente en la subasta había cambiado drásticamente, aquel caballero que lo acompañaba también era un hombre apuesto, su cabellera era grisácea, y sus ojos eran de un color avellanado de sus manos sostenía un cofre. 

 


“¡Mi señor Elías Clayton ofrece este cofre con joyas y monedas de oro!” alzó su voz para anunciar su oferta. 


Era de esperar que el bullicio en la audiencia se hiciera presente tras decir aquellas palabras tan atractivas. El hombre que dirigía la subasta se quedó sin palabras, carraspeó ligeramente su garganta y artículo con voz apacible. 


“Hay alguna dama o caballero que ofrezca más que el respetable señor Clayton”  


Los presentes agacharon su cabeza, aquel acto demostraba que no tenían intenciones de oponerse a los deseos de Elías Clayton. Sin embargo uno de aquellos nobles levanto su mano para hacer una oferta, era un hombre maduro de cabellera  rubia y apuesto, portaba un traje muy elegante y de el adornaban broches de oro. 

 


“Ofrezco duplicar la oferta del señor Elías” 
Los murmullos en la audiencia  no se hicieron esperar, todos los presentes se quedaron impactados ante tal hazaña. 

 

 


“Como te atreves miserable” protesto aquel caballero que acompañaba al señor Elías. 


“¡Silencio Aram!” inquirió con fuerza. 
Por primera vez el señor Elías había articulado palabra,  su rostro se mantenía sereno no expresaba ningún sentimiento, era como si no existieran emociones dentro de él, se dirigió hacía donde se encontraba aquel hombre y se presentó delante de él. 


“ Vaya, vaya no esperaba que el gran duque de Parma tuviera las agallas suficientes como para duplicar mi oferta” hablo con firmeza. 
El rostro del hombre rubio se alzó con orgullo y soberbia para después encararlo

 “ No eres el único que pose grandes riquezas Elías.  


Su rostro se mantuvo sereno ante tal respuesta cargada de altanería, aquel hombre con apellido Parma probablemente era uno de los grandes de señores de Armelia ya que el título de duque no podía pasar desapercibido, desconocía     cuáles eran los apellidos de aquellos grandes señores, solo tenía conocimiento de uno que se asentaba en la ciudad de Corbus. Sin embargo a pesar de tales palabras el Señor Elías mantuvo la serenidad en su rostro, levanto su mano para hacer una mención. 
“ Tú el hombre que lleva acabo está subasta, esta será mi última propuesta, triplicar la oferta que el gran duque de Parma acaba de  ofrecerle” 
“En cuánto a usted gran duque, espero que resolvamos está pequeña disputa de la mejor manera posible. Si sabe lo que le conviene no seguirá con su necia necedad de tomar control de lo que la familia Clayton desea un enfrentamiento entre ambas familias sería perjudicial para usted” 
Aquellas palabras habían sonado como una amenaza, pero la serenidad en su rostro demostraba que hacía uso de aquel poder que pertenecía a la familia Clayton, el gran duque observo con extremo repudio al señor Elías pero no bajo su rostro, mantuvo su frente en alto solo para encararlo con orgullo. 

“Algún día te veré arrastrándote como el perro que eres”  inquirió con firmeza. 
El señor Elías coloco su mano sobre el hombro del gran duque y se acercó a su oído para susurrarle unas palabras, tales palabras no fueron reveladas al público, pero fui consiente de como su mano apretaba con fuerza su hombro. 
Giró su cuerpo en dirección a su caballero. “ Aram entrega el dinero y trae contigo a la mujer” 
Era evidente que el miedo me consumía y que temía por lo que fuera a acontecer, aún así sentía un pequeño sentimiento de alivio  el no ser comprada por alguno de ellos me resultaba más conveniente, pero el hecho de que mi destino fuese cruel no cambiaba, pues a hora me encontraba a merced de una familia muy poderosa , el hombre de cabellera grisácea camino en dirección al pódium entrego el cuantioso dinero arrojándolo al suelo de madera, se acercó a mí y con un pequeño tirón fue capaz de romper  los grilletes en mis manos, así mismo lo hizo con mis pies, mantenía mi cabeza cabizbaja tratando de no mirar otro lugar que no fuese el suelo. 
“Sígueme”  
Esa fue la orden que se me fue dada, camine detrás de él tratando de seguir sus pasos pero mis pies habían llegado a su límite, aún así seguí caminando las miradas de los nobles se clavaban como agujas sobre mi entero ser, observándome  sin la más mínima pisca de pudor,  continúe mi camino siguiendo con temor la espalda de aquel hombre que se dirigía hacía un carruaje muy elegante y refinado, e hizo un ademán con su manos dando a entender que subiese al carruaje, obedecí  ante tal orden, pese  al dolor en mis pies desnudos  subí al carruaje pero mi cuerpo palideció ante el dolor ocasionando que resbalase. Sin embargo aquel hombre sujeto ligeramente mi cintura, sus ojos avellanados me miraron por un segundo para luego desviarlos de manera sigilosa, de alguna manera tal acto me resultó un suceso impresionante, porqué un caballero de la familia Clayton tocaría el cuerpo de una sucia esclava, mi aspecto sucio y andrajoso provocaba asco, pero no dudo en tocarme, cualquier noble en su sano juicio hubiese preferido morir antes de tocarme, el silencio no perduró mucho pues fue interrumpido por el mismo. 
“suba al carruaje jovencita no haga esperar al señor Elías”  
Inquirió con sumo respeto, a pesar de su apariencia tan joven, como si fuese una persona mucho mayor que yo, asentí con mi cabeza obedeciendo a su orden. 
“Perdone mi ineptitud lamento que haya tenido que tocar este sucio cuerpo” 
Dije tales palabras para después subir al carruaje don se encontraba El señor Elías, el ambiente se sentía tenso y pesado, su fuerte presencia  sobrehumana provocaba en mi un terrible sentimiento de ansiedad, pero pese al los nervios que me acongojaban mi mente viajo  al momento en que mis ojos quedaron embelesados por aquella bestia de ojos verdes que resplandecían con el reflejo de la luna, mi razonamiento humano no alcanzaba a comprender como había logrado terminar en esta situación tan impredecible, me encontraba frente a uno de ellos y era capaz de verle claramente en su forma humana, este hecho me resultaba impresionante. Pero el hombre que se encontraba delante de mí no era la hermosa bestia de ojos verdes, mi corazón y mi ser en verdad deseaban verle de nuevo.  
“Curioso, extrañamente curioso”  
Oí la voz del señor Elías que interrumpía el silencio que se había forjado, sus ojos amenazantes me miraba con escudriñó. 
“ Acaso no tienes miedo muchacha” 
Su pregunta me tomo por sorpresa, no esperaba que un hombre de tal índole quisiese entablar una conversación con alguien tan ordinario como lo era yo, era evidente que temía y que el miedo reinaba sobre mi cuerpo, me apresure a contestar su pregunta. 
“ En verdad desea escuchar mi respuesta sin ninguna clase de filtro mi señor” respondí con voz temerosa. 
Sus ojos me observaron de una manera curiosa, coloco su mano sobre su barbilla como si estuviese analizando mi respuesta. 
“Habla con libertad”  
Tras decir aquellas palabras me dispuse a responder la pregunta que mi señor me había hecho, esta ves respondiendo con libertad y sinceridad. 
“He vivido con miedo la mayor parte de mi vida siempre he temido por el destino que me acongoja, pero así mismo he aprendido a aceptar el destino cruel y desalentador que me aborda” 
El gran señor Elías me observo con atención, sus ojos ambarinos  atravesaban cada parte de mi cuerpo, su mirada penetrante provocaba que mi cuerpo se intimidase,  el silencio perduró por un segundo hasta que el señor Elías volvió a interrumpir aquél silencio. 
“ Eres una muchacha inteligente, veo que tú raciocinio te ha ayudado a sobrevivir, dime ¿cuál es tu nombre?” 
“Sara mi señor” me apresure a responder. 
Su rostro se mantuvo inexpresivo. Sin embargo pude notar como la comisura de su labio se alzaba desprendiendo una ligera sonrisa de medio lado, no entendía por qué había sonreído, tampoco entendía el motivo de su pregunta, su rostro y sus acciones no demostraban ninguna clase de sentimiento.   
“ Desde este momento servirás ala familia Clayton, tu lealtad solo pertenecerá a mi familia”  
Al decir aquellas palabras mi cuerpo se estremeció, el tono tan demandante con el que había hablado erizó mi piel. 
“ Te diré la razón por la cual gaste tanto dinero en aquella subasta, es cierto que servirás a la familia Clayton, en especial a un hombre al cual servirás  con devoción y esmero, deberás jurarle lealtad absoluta, un hombre cuyo ser ha caído en una oscuridad sin retorno el nombre de aquella persona es……….” 






















 




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