Sara muere a los 127 años en Hebrón. Abraham busca un lugar para sepultarla y pide a los hijos de Het que le vendan la cueva de Macpela. Ellos le ofrecen el terreno y la cueva como regalo, pero Abraham insiste en pagar por ello. Acuerdan un precio de 400 siclos de plata, y Abraham adquiere la propiedad. Luego, sepulta a Sara en la cueva de Macpela.