Hubo hambre en la tierra, y Isaac fue a Gerar, donde se le apareció Dios y le dijo que no fuera a Egipto, sino que viviera en la tierra que Él le indicaría. Isaac mintió diciendo que Rebeca era su hermana por miedo a ser asesinado, pero Abimelec lo descubrió y le reprendió. Isaac sembró en la tierra y cosechó abundantemente, lo que causó envidia entre los filisteos. Abimelec le pidió a Isaac que se apartara, pero Isaac permaneció en la región. Abrió pozos de agua que habían sido cegados y volvió a encontrar agua en uno de ellos. Sin embargo, hubo disputas con los pastores de Gerar por los pozos. Finalmente, Isaac se mudó a Beerseba, donde Dios le confirmó Su bendición. Abimelec, junto con otros, buscó hacer un pacto de paz con Isaac, reconociendo la bendición de Dios sobre él. Esaú, por su parte, tomó dos esposas heteas, lo que trajo amargura a Isaac y Rebeca.