El copero y el panadero del rey de Egipto cometieron faltas, lo que enfureció a Faraón. Fueron encarcelados en la misma prisión donde estaba José, quien fue designado para cuidar de ellos. Ambos tuvieron sueños, y José, al verlos tristes, les preguntó por qué. Le contaron sus sueños y José les dio su interpretación. El copero soñó con una vid que producía uvas, indicando que en tres días sería restaurado a su posición. José le pidió que recordara su ayuda cuando estuviera en favor con Faraón. El panadero soñó con tres canastillos de comida, pero José le advirtió que sería ejecutado en tres días. Todo se cumplió como José predijo: el copero fue restablecido, pero el panadero fue ejecutado. Sin embargo, el copero se olvidó de José.