José ordena que los sacos de los hermanos sean llenados con comida y que su copa de plata sea colocada en el saco de Benjamín. Cuando los hermanos están a punto de partir, José envía a su mayordomo para acusarlos de robo. Los hermanos niegan haber tomado la copa y ofrecen ser esclavos si es encontrada en su posesión. La copa es encontrada en el saco de Benjamín, lo que los angustia. Regresan a la ciudad y Judá suplica a José en nombre de su padre y por la vida de Benjamín. José se conmueve y finalmente revela su verdadera identidad.