José revela su identidad a sus hermanos y les perdona por haberlo vendido, explicando que Dios lo envió a Egipto para salvar vidas durante la hambruna. Les pide que traigan a su padre y a sus familias a Egipto para vivir cerca de él y les asegura que tendrán todo lo que necesiten. José se emociona al reencontrarse con Benjamín y sus otros hermanos, y les da instrucciones para regresar a Canaán y traer a su padre a Egipto. Faraón también les ofrece su apoyo y les provee de carros y provisiones para el viaje. José despide a sus hermanos con generosidad y les ruega que no discutan en el camino. Los hermanos regresan a Canaán y le dan las buenas noticias a su padre, Jacob, quien inicialmente no les cree. Sin embargo, al ver los regalos y los carros enviados por José, Jacob se convence de que su hijo está vivo y decide ir a Egipto para reunirse con él antes de morir.