Jacob y su familia se trasladan a Egipto siguiendo las instrucciones de Dios, quien les promete que hará de ellos una gran nación allí. En total, Jacob lleva a 66 descendientes con él, además de los hijos de José nacidos en Egipto, sumando un total de 70 personas. En Egipto, José se reencuentra con su padre y se emociona mucho. Jacob, al ver a José, siente una gran alegría y se siente satisfecho de haberlo visto antes de morir. Luego, José instruye a sus hermanos sobre cómo presentarse ante Faraón, explicándoles que son pastores y solicitando que les permitan vivir en la tierra de Gosén debido a que los egipcios desprecian a los pastores.