Dios escogió a Bezalel y Aholiab para que dirigieran la construcción del tabernáculo y sus objetos sagrados. Les dio habilidades especiales para trabajar con oro, plata, bronce, y para tallar madera y grabar piedras preciosas. También les instruyó a guardar el día de descanso, el sábado, como una señal del pacto entre Dios y el pueblo de Israel. Este día debía ser santificado, y quien lo profanara sería castigado. Dios entregó a Moisés las tablas de piedra con los mandamientos grabados, como parte del pacto con Israel.