El Señor ha otorgado sabiduría a Bezalel, Aholiab y otros artesanos para la construcción del santuario. Moisés los reúne y les entrega los materiales donados por el pueblo para la obra. Sin embargo, las contribuciones fueron más de lo necesario. Los artesanos hacen cortinas de lino fino y pelo de cabra para el tabernáculo, con adornos de hilo azul, púrpura y escarlata. También construyen el armazón del tabernáculo con soportes de madera de acacia y bases de plata, junto con travesaños para reforzar la estructura. Todo está cuidadosamente decorado con detalles dorados y bordados elaborados.