En Levítico 1, Dios le dice a Moisés cómo hacer ofrendas especiales a través de animales. Los animales deben ser machos y estar sanos. Los sacerdotes los matan, rocían la sangre y los queman en un altar. Si es un pájaro, el sacerdote quema su cabeza y las plumas, rocía la sangre y lo quema en el altar. Es una manera importante de honrar a Dios.