En Levítico 2, Dios explica cómo hacer ofrendas especiales con granos. Si usas harina, debes mezclarla con aceite de oliva y algo de incienso. El sacerdote quema una parte en el altar y el resto es para él y su familia. Si cocinas el grano, no uses levadura ni miel, y siempre ponle sal. Si ofreces los primeros granos de tu cosecha, también añade aceite y incienso. El sacerdote quema una parte en el altar como una manera especial de honrar a Dios.