Dios le dijo a Moisés cómo las personas podían pedir perdón si hacían algo mal sin darse cuenta. Si engañaban a alguien o robaban, debían devolver lo que tomaban y dar un extra. Además, debían llevar un carnero sin defectos al sacerdote como ofrenda de culpa. También les enseñó cómo manejar las ofrendas quemadas y de grano, y que las ofrendas de grano hechas por los sacerdotes debían quemarse completamente. Dio instrucciones sobre cómo manejar las ofrendas por el pecado: el animal sacrificado debía ser especial, y el sacerdote debía comer su parte en un lugar sagrado. Si la sangre salpicaba la ropa de alguien, debía lavarla en un lugar especial.