En el octavo día después de la ceremonia de ordenación, Moisés reunió a Aarón, sus hijos y los ancianos de Israel. Les indicó que trajeran varios animales y ofrendas al Señor. Después de hacer las ofrendas según las instrucciones de Moisés, Aarón bendijo al pueblo. Luego, Moisés y Aarón entraron en el tabernáculo y, cuando salieron, bendijeron al pueblo nuevamente y la gloria del Señor apareció. Un fuego salió de la presencia del Señor y consumió las ofrendas, lo que provocó que los israelitas se postraran en adoración.