Levítico 11 describe las reglas sobre qué animales pueden ser consumidos y cuáles no. Se establecen categorías de animales permitidos y prohibidos, incluyendo rumiantes con pezuñas divididas, peces con aletas y escamas, y aves específicas. Además, se menciona cómo evitar la impureza al tocar los cadáveres de ciertos animales. Estas instrucciones enfatizan la necesidad de ser santos, ya que Dios es santo.