El Señor dijo a Moisés que asegurara que hubiera aceite puro para las lámparas del tabernáculo y que se hornearan panes especiales para ser colocados ante Él. Un hombre blasfemó el nombre de Dios durante una pelea, y después de consultar al Señor, Moisés ordenó que fuera sacado del campamento y apedreado hasta morir. Además, se establecieron leyes para compensar por daños físicos y se aseguró que la justicia fuera igual para todos, israelitas y extranjeros. Los israelitas cumplieron estas instrucciones y ejecutaron al blasfemo según lo ordenado.